domingo, 29 de noviembre de 2009

Mudanza

Cada vez que escucho la palabra Mudanza no puedo evitar acordarme de “Hoy voy a cambiar” jeje. Cuando era niña mi familia y yo nos mudamos en varias ocasiones pero nunca me tocó la parte más pesada, ya que era una niña (hace sólo un par de años, por supuesto), pero ahora que estoy en plena mudanza y que ya no soy una criaturita, se que no es algo precisamente sencillo, al contrario.

Cosas que hace un tiempo me parecían imprescindibles ahora sólo me causan estrés porque son cargas que debo cambiar de lugar. Si bien, mi nueva casa está muy cerca de la anterior, aún así debo transportar todas mis pertenencias y muebles. No me imaginé que fuera tan pesado, aunque es algo ilógico pensar lo opuesto.

Ahora veo que tengo demasiadas cosas que ya ni siquiera recordaba que tenía y eso no es algo bueno. En alguna parte leí que todas las pertenencias guardan la energía de sus dueños y ésta debe mantenerse en movimiento ya que de otra forma se convierten en malas vibras, así que si hay objetos que no se han movido en algún tiempo es mejor deshacerse de ellos, sobre todo tratándose de cosas tales como: ropa, accesorios, zapatos y otros artículos muy personales.

De hecho ya hice una cuidadosa selección de todo aquello de lo que me desharé en estos días, quiero ayudar a que las energías circulen de forma positiva en mi nueva casa. Pero por más que tengo deseos de no ser igual que mi mama, en cuanto a los “tiliches”, hoy descubrí que hay muchísimas cosas de las que no me puedo deshacer.

Entre documentos importantes, juegos de sábanas, edredones, cojines, almohadones, agendas fiscales y cuadernos, sólo los que realmente uso y me importan, ya se hizo un gran montón. Y hablando de documentos, una de las cosas que aprendí de mi mamá es que al momento de decidir que ya es tiempo de desocupar alguna gaveta llena de papeles, lo mejor que puedes hacer el quemarlos, sí, tal vez para algunos suene un poco paranoico, pero la verdad es que no me gustaría que algún desconocido revise mis viejas recetas médicas, estados de cuenta de años anteriores o cosas que he escrito en momentos de mi vida.

A pesar del cansancio, del trabajo que parece no terminar nunca, del poco tiempo que tengo para dedicarle a la casa debido a mi trabajo y de tanto tiliche jeje, parece que esto esta quedando bien.

Poco a poco estoy convirtiendo esa casa en MI HOGAR y eso amigos .... me hace feliz.


Besos


Cheryl

domingo, 22 de noviembre de 2009

Noches de cine

Como ya les he comentado en varias ocasiones, me encanta ir al cine, aunque últimamente no he visto alguna película que realmente me impresione o me deje un recuerdo interesante. Supongo que hasta a los importantes de Hollywood se les acaba la imaginación.

La noche del jueves Rodrigo y yo fuimos a ver Luna Nueva, como muchos saben es la segunda película basada en la tetralogía de libros de la autora Stephenie Meyer que son: Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer. El año pasado estrenaron la primera, que si bien me pareció buena, confieso que me agradó mucho más el libro (es rara la ocasión en que una película le hace justicia a un buen libro).

Cuando entramos en la sala, yo estaba preparada para lo que vería, pero Rodrigo no, jajajaja, una sala llena en su mayor parte por adolescentes y no estoy hablando exclusivamente de chicas ehhhh! Había de todo, sí, de todo, ustedes saben de qué hablo.

Nos equipamos con palomitas y refresco, buscamos nuestra mejor localidad, por aquello del “Locatión, locatión, locatión”. Mientras empezaba la proyección estuvimos conversando tranquilamente, disfrutando del ambiente, peeeeeeeeero cuando las luces empezaron a disminuir de intensidad inmediatamente empezaron los gritos (para sorpresa y desesperación de mi acompañante jajaja).

Los innumerables sonidos que se escucharon durante toda la función y que no provenían precisamente de la película me sacaban de concentración de vez en cuando causándome molestia y risa a la vez: suspiros, gritos, gruñidos y unos cuantos que parecían demasiado llenos de “emoción” para pasar desapercibidos. Supongo que todas las chicas están enamoradas de Edward o de Jacob, quien por cierto apareció semidesnudo la mayor parte de la historia, y los chicos son admiradores de Bella Swan, la heroína.

Independientemente de esos detalles auditivos, me gustó. Estuvo bien armada la historia, incluyeron la mayoría de acontecimientos importantes, no cambiaron tantas cosas... en pocas palabras: ¡Lo hicieron bien! Se las recomiendo. Pero sólo a aquéllos que son seguidores de la tetralogía o que gustan de las historias de amor verdadero. Si al momento de leer lo anterior pensaste “ahh! Que cursi” entonces no es para ti jajaja.



Besos


Cheryl