La semana pasada, a punto de entrar en la regadera me dí cuenta de que ya necesitaba comprar un nuevo shampoo y acondicionador, así que lo anote en mi lista mental y a la primera oportunidad que hubo me fui al súper a hacer mi compra.
Llegué feliz de la vida al área correspondiente con la firme decisión de no salir de ahí sin mi nuevo shampoo. El primer problema de la tarde se presentó cuando me encontré el estante de los productos para el cabello: una pared de aproximadamente 2.5 metros de altura y 4 de longitud, atascada de dichos productos. Mi primer pensamiento fue “¡Orale! ¿Cómo voy a bajar el shampoo que me guste? Es más ¿Cómo voy a leer los ingredientes si no lo alcanzo?
No tuve que bajar ningún producto de esa pared porque había otros estantes más accesibles, pero tengo que decirles que elegir el producto adecuado fue todo un logro, para empezar te encuentras con infinidad de botellas de colores y diseños diferentes, lo más atractivas posibles. Pero cuando tienes que ver la que mejor te convenga... es entonces cuando el dilema inicia ¿Qué tipo de shampoo necesitas? para cabello seco o maltratado, para cabello largo, corto, lacio, rizado, teñido, con capas, tratado químicamente, hidratante, reparador, humectante, para evitar la caída, para la caspa, para reavivar el color, para cabelleras negras, castañas, rojas, rubias, con miel, con sábila, con seda (¿?), con vitaminas, para cabellos delgados, gruesos, rebeldes, esponjados, resecos, para cuero cabelludo sensible...¡Por Dios!
Nunca pensé que comprarme un nuevo shampoo me resultara tan complicado. Tomar la decisión que yo creí correcta me tomó al menos 20 minutos, pero salí de ahí con un par de botellas llenas de un producto “adecuado” para mis necesidades y mi tipo de cabello.
¿Y saben que es lo más curioso de todo este asunto de la saturación del mercado de productos? Que se extiende a todo tipo de artículos que desees comprar, sin importar de qué índole sean. Por ejemplo, un día buscando en Internet una “Clay bar”, que es como una barra de jabón que sirve para limpiar la pintura de los autos antes de pulir y encerar, me metí a una página donde seguramente la encontraría... y si, por supuesto que la encontré... pero no estaba sola. Había aproximadamente 8 tipos de barras, además de aceites, sprays, esponjas, etc. que prometían hacer el mismo trabajo que la dichosa Clay bar. Ahí si me fue imposible decidirme por alguna porque no conozco de marcas ni mucho menos (le preguntaré a mi asesor automovilístico= Rodrigo).
Llegué feliz de la vida al área correspondiente con la firme decisión de no salir de ahí sin mi nuevo shampoo. El primer problema de la tarde se presentó cuando me encontré el estante de los productos para el cabello: una pared de aproximadamente 2.5 metros de altura y 4 de longitud, atascada de dichos productos. Mi primer pensamiento fue “¡Orale! ¿Cómo voy a bajar el shampoo que me guste? Es más ¿Cómo voy a leer los ingredientes si no lo alcanzo?
No tuve que bajar ningún producto de esa pared porque había otros estantes más accesibles, pero tengo que decirles que elegir el producto adecuado fue todo un logro, para empezar te encuentras con infinidad de botellas de colores y diseños diferentes, lo más atractivas posibles. Pero cuando tienes que ver la que mejor te convenga... es entonces cuando el dilema inicia ¿Qué tipo de shampoo necesitas? para cabello seco o maltratado, para cabello largo, corto, lacio, rizado, teñido, con capas, tratado químicamente, hidratante, reparador, humectante, para evitar la caída, para la caspa, para reavivar el color, para cabelleras negras, castañas, rojas, rubias, con miel, con sábila, con seda (¿?), con vitaminas, para cabellos delgados, gruesos, rebeldes, esponjados, resecos, para cuero cabelludo sensible...¡Por Dios!
Nunca pensé que comprarme un nuevo shampoo me resultara tan complicado. Tomar la decisión que yo creí correcta me tomó al menos 20 minutos, pero salí de ahí con un par de botellas llenas de un producto “adecuado” para mis necesidades y mi tipo de cabello.
¿Y saben que es lo más curioso de todo este asunto de la saturación del mercado de productos? Que se extiende a todo tipo de artículos que desees comprar, sin importar de qué índole sean. Por ejemplo, un día buscando en Internet una “Clay bar”, que es como una barra de jabón que sirve para limpiar la pintura de los autos antes de pulir y encerar, me metí a una página donde seguramente la encontraría... y si, por supuesto que la encontré... pero no estaba sola. Había aproximadamente 8 tipos de barras, además de aceites, sprays, esponjas, etc. que prometían hacer el mismo trabajo que la dichosa Clay bar. Ahí si me fue imposible decidirme por alguna porque no conozco de marcas ni mucho menos (le preguntaré a mi asesor automovilístico= Rodrigo).
En otra ocasión acompañé a mi hermana Lulú a comprar un Ipod que quería regalarle a su esposo. Llegamos a una conocida tienda de artículos electrónicos en busca de la mejor opción. Y vaya que había opciones, no sólo de tamaños y colores, si no de capacidades, modelos y marcas diferentes. Cuando por fin se decidió por cual aparato comprar le dice al vendedor “Me das el pequeño de color verde por favor”, al chico le cambió la cara por un segundo, pero recobró la compostura y cuando metió la mano en el aparador y saco uno de color gris supe que algo no andaba muy bien. Al ver nuestra cara de “¿Y a este que le pasa?” con un poco de pena nos confesó “Perdón, me puede señalar cual quiere exactamente, es que soy un poco daltónico”.
Así que cuando necesiten algún producto o artefacto nuevo y diferente, no se dejen sorprender, como yo, por la extensa variedad. Elijan con mucho cuidado y armados de paciencia.
Saluditos!!
Cheryl.
5 comentarios:
=/
si, asi pasa, con los shampoo para el cabello no, pero si para el coche jaja hay muchoos igual ceras, pulidores, aromatizantes ahhhh un mundo de productos.
y que pedo con el daltonico? jajaja
y ya no abandones tanto a tus lectores.
Cuando yo era niña (si.. ya se... huuuuuuu), no se si no habia tanta variedad de shampoos o que, pero en casa solo habia del Caprice y Enjuaje rosa Vanaaaaart ... jajaja y de vez en cuando algun shampoo anticaspa como el Head and Shoulders... jeje...
Jajajaja es cierto Mig!!!
Recuerdo que mi mamá me compraba Caprice y Enjuague Vanart, del rosa porque era el mejor je.
Pues si que ahora ya hay mucha variedad en todo,pero en mi caso en shampo casi siempre compro el mismo asi que no se me dificulta, m m m pues creo que soy practika y generalmente no duro mas de 10 min en escoger una crema, un gel, labial,cepillo .. el que me llame la atencion x el color ese me llevo jaja bueno si le leeo un poko haber que tiene y pa que es jeee.... GURRUMINA..""
Yo todavía no entiendo cómo habiéndo tando para escoger, Aída se fue a quedar conmigo... Ja ja ja ja ja
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