Todo lo que empieza tiene que acabar

Bien dicen por ahí que todo en la vida tiene un principio y un fin. Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando miras hacia atrás. Ya se cumplieron diez años desde que vi la primera película de Harry Potter: La piedra filosofal. Esta es una saga de la cual no he leído ninguno de los libros, siete en total. Tampoco leí nada sobre El Señor de los Anillos pero sí vi todas las películas y me gustaron mucho.

Soy testigo de que en muchas ocasiones los filmes no hacen justicia de un buen libro, pero también entiendo que no es nada sencillo plasmar toda la magia de una historia escrita en una cinta con duración limitada. Por ese motivo no me arrepiento de haber visto las películas antes de leer los libros.

El sábado fuimos Rodrigo y yo a ver la que fue la última de la serie sobre el mago Harry Potter. No puedo decir que me decepcioné, sí me gustó, aunque esperaba un poco más de emoción. Al final todo cayó en su lugar, fue un final feliz. La guerra que dio inicio cuando Harry tenia apenas un año terminó por fin, costó muchas vidas y dolor, pero se obtuvo la recompensa merecida. Se aclararon las incógnitas, aunque para mi gusto quedaron algunos cabos sueltos que por falta de tiempo no se pudieron atar.

Las parejas románticas le dieron un toque especial a la historia, de hecho hubo una que no me esperaba y fue una agradable sorpresa jeje. En comparación con la primera parte de Las Reliquias de la Muerte, salida el año pasado, esta fluyó mucho más rápido y a pesar de la destrucción y la pérdida de amigos, no se sintió tan pesada de ver.

A los que no la han visto se las recomiendo ¡Vayan!. A los que les gusta y ya la vieron los invito a comentarla conmigo y a aquellos a quienes no les gusta esta historia... no tengo nada que decirles.

Disfruten la vida que sólo es una y muuuuuuuy cortita.

Besitos!

Cheryl