¿Alguna vez te ha pasado que sientes que tienes mucho de qué hablar con alguna persona? Sientes que tienes muchas cosas que decirle, demasiadas, incluso puedes llegar a sentir el peso de las palabras no dichas en tu corazón. Y es tanto lo que tienes que decir que no puedes aguantar mas, la necesidad es tanta que no sabes cómo hacer para apresurar las circunstancias y puedas encontrarte con dicha persona para desahogar tu alma, liberar a tu corazón de toda esa carga.
Pasas horas ensayando la forma en cómo le dirás todas esas cosas: con expresión seria, con cierta ironía, con una sonrisa, con lágrimas en los ojos, etc. Buscas las palabras que te parezcan mejores para expresar tus sentimientos, a veces buscando la manera de que, si vas a decir algo malo, sea lo menos doloroso posible, si es algo feliz, que cause el impacto que deseas.
Por motivos ajenos a ti, pasan los días y no has podido encontrarte con la persona, pero los acontecimientos han seguido su curso normal, ha seguido pasando el tiempo y las palabras no han sido dichas aún. Llega el momento en que te estas ahogando por no poder desahogarlas, te sientes frustrado, triste, deprimido, angustiado… pero sigues sin poder hablar.
Las palabras que no son dichas son como piedras tiradas hacia la luna, nunca llegaran a su destino y todo el esfuerzo que haces por arrojarlas es en vano, sin ninguna importancia.
Pasan los días, y las palabras se van congelando en tu corazón, convirtiéndose en una tristeza crónica, en esas sustancias que se adhieren a tus venas y las endurecen provocándote enfermedades físicas. Y si no hablas, si no sacas esas palabras de tu boca, con tu voz y en oídos de la persona indicada, en tu tiempo correcto, entonces, cuando llegue el momento en que puedas hablar… quizás ya no habrá nada que decir.
Yo soy una persona a quien le gusta hablar, me gusta saber, odio estar en lo desconocido no estar al tanto de lo que esta pasando que pueda afectarme, eso a veces (la mayor parte de las veces) me ha provocado muchos conflictos con mi pareja y con muchas personas más. Yo que tiendo a querer hablarlo todo y hay quienes no quieren decir nadaaaaaa.
¿Qué hacer en estos casos?
La vida me ha enseñado que cuando alguien no quiere hablar, no tiene caso que le insistas y si tampoco quiere escuchar tampoco debes perder tu tiempo. Pero, como en casi todo, también aquí hay excepciones. Si la persona a quien quieres decirle algo significa mucho para ti entonces debes valorar e insistir hasta que seas escuchado. Sólo recuerda que el tiempo no se detiene y que debes buscar la oportunidad de hacerte escuchar antes de que las palabras se pierdan dentro de ti y desaparezcan tal vez para siempre.
Cheryl
Pasas horas ensayando la forma en cómo le dirás todas esas cosas: con expresión seria, con cierta ironía, con una sonrisa, con lágrimas en los ojos, etc. Buscas las palabras que te parezcan mejores para expresar tus sentimientos, a veces buscando la manera de que, si vas a decir algo malo, sea lo menos doloroso posible, si es algo feliz, que cause el impacto que deseas.
Por motivos ajenos a ti, pasan los días y no has podido encontrarte con la persona, pero los acontecimientos han seguido su curso normal, ha seguido pasando el tiempo y las palabras no han sido dichas aún. Llega el momento en que te estas ahogando por no poder desahogarlas, te sientes frustrado, triste, deprimido, angustiado… pero sigues sin poder hablar.
Las palabras que no son dichas son como piedras tiradas hacia la luna, nunca llegaran a su destino y todo el esfuerzo que haces por arrojarlas es en vano, sin ninguna importancia.
Pasan los días, y las palabras se van congelando en tu corazón, convirtiéndose en una tristeza crónica, en esas sustancias que se adhieren a tus venas y las endurecen provocándote enfermedades físicas. Y si no hablas, si no sacas esas palabras de tu boca, con tu voz y en oídos de la persona indicada, en tu tiempo correcto, entonces, cuando llegue el momento en que puedas hablar… quizás ya no habrá nada que decir.
Yo soy una persona a quien le gusta hablar, me gusta saber, odio estar en lo desconocido no estar al tanto de lo que esta pasando que pueda afectarme, eso a veces (la mayor parte de las veces) me ha provocado muchos conflictos con mi pareja y con muchas personas más. Yo que tiendo a querer hablarlo todo y hay quienes no quieren decir nadaaaaaa.
¿Qué hacer en estos casos?
La vida me ha enseñado que cuando alguien no quiere hablar, no tiene caso que le insistas y si tampoco quiere escuchar tampoco debes perder tu tiempo. Pero, como en casi todo, también aquí hay excepciones. Si la persona a quien quieres decirle algo significa mucho para ti entonces debes valorar e insistir hasta que seas escuchado. Sólo recuerda que el tiempo no se detiene y que debes buscar la oportunidad de hacerte escuchar antes de que las palabras se pierdan dentro de ti y desaparezcan tal vez para siempre.
Cheryl
2 comentarios:
Pues, solo dilas, o escribelas..
Hay quienes sacan esos sentimientos atrapados con palabras... Algunos las susurran, otros las gritan, otros las teclean y hay quienes las escriben con una cursi tinta morada sobre un papel cuadriculado.
También hay quienes los sacan en forma de canto o de una expresiva ejecución de un instrumento musical. A golpes frente a un saco de box o con cada gota de sudor que empapa la camiseta del equipo.
Al final del día, lo que cuenta es no morir intoxicado.
Publicar un comentario