miércoles, 3 de diciembre de 2008

¿Decepcionada?


Cuando yo era niña y veía todos los juguetes que Santa Claus les traía a los hijos de mis vecinos, sin que yo hubiera recibido ninguno, me preguntaba ¿Qué había hecho mal para que Santa no me quisiera dejar ninguno de sus hermosos obsequios? ¿Por qué a mí no me amanecían regalos bajo el árbol?

Antes de cumplir los 15 años me ilusioné con un compañero de la secundaria con quien me llevaba muy bien, era guapo, atlético y simpático. En pocas palabras perfecto... hasta que se enamoro de mi mejor amiga.

Hace unos meses me empeñé en conseguir un empleo en un lugar que según dicen es la gran cosa en cuanto a sueldo y buen ambiente de trabajo. Las cosas no salieron como yo las pensaba y no lo obtuve.

Estas son sólo algunas de las decepciones que he vivido y que vienen a mi mente en estos momentos, pero han sido muchas más. Recuerdo muy vagamente haber hecho algo calificado como “muy malo” para los estándares de mis padres cuando tenía yo aproximadamente nueve años de edad, mi madre me llamó por mi nombre completo (cosa que ya de por si significaba algo grave) y me reclamó mi acción de una manera en que sólo una madre puede hacerlo. Pero lo que más recuerdo de ese momento es la mirada que había en sus ojos; ahí fue la primera vez que vi la decepción en alguien además de mí.

¿Quién no ha sufrido decepciones en su vida, sea corta o sea larga? ¿Alguna vez has deseado intercambiar tu lugar con alguien desconocido para no tener que soportar una terrible decepción? A veces cuando camino por la calle, sintiendo sobre mis hombros el peso de ese dolor, y observo a las personas que pasan por mi lado, me pregunto si sus vidas tendrán más sentido que la mía en esos momentos. Qué terrible sentimiento. Pero en primer lugar ¿Por qué nos decepcionamos?

Cuando creemos ciegamente en algo o en alguien, cuando hacemos planes, nos ilusionamos o sacamos conclusiones apresuradas sin tener suficiente información y después, nos enfrentamos con una realidad muy diferente a la que habíamos calculado o soñado, nos sentimos decepcionados.

En ocasiones esperamos demasiado de las personas que nos rodean, o de las oportunidades que se nos presentan y al final no pasa lo que imaginamos que pasaría, otra vez nos decepcionamos. La forma en que reaccionamos ante esto, nos cambia la vida, nos hace pensar diferente, cambiar de opinión con respecto a ciertas cosas de la vida en las que fuimos despojados de nuestro plan original y nada salió como debía ser. Cuando sufrimos una decepción amorosa, por ejemplo, sucede, a veces, que dejamos de creer en el amor, perdemos la esperanza y la confianza en lo que nuestro corazón nos dice sobre el amor verdadero o sobre la felicidad.

Y en otros casos como el mío con Santa Claus, la decepción me llevó, en cierta forma, a dejar de apreciar la navidad y no sólo por enterarme de que no existía, si no por el hecho de que para mi ese evento representaba algo doloroso: no recibir regalos y sin embargo ver al día siguiente a todos los demás niños, por más pobres que fueran, disfrutando alegremente de sus obsequios navideños. Digamos que me convertí, por algunos años en algo parecido a cierto personaje verde y peludo que odia la navidad y es mejor conocido en los bajos mundos como El Grinch.

Sin embargo, hoy en día, después de muchas decepciones, las cuales también puedo llamar experiencias, estoy aquí, viviendo la vida como una persona adulta, más madura, con cierta personalidad encantadora (jeje) y tratando siempre de ver las cosas desde un lado positivo y de aprendizaje. Aunque no siempre lo logro, debo advertirles. Pero es parte de la vida y quien no haya sufrido de, al menos, una decepción, es alguien que no ha vivido, que no ha soñado nunca y que probablemente no cree en el amor. ¿No les parece?


Saludos


Cheryl

6 comentarios:

Rodrigo dijo...

a todos nos ha pasado.

pero como dices, hay que aprender de todo lo bueno y malo que nos pasa.

TA

Pasajeros enmascarados dijo...

Es parte de la vida, aunque de nosotros depende el qué hacer con esa decepción. Podemos usarla de tatuaje y recordarla cada vez quemiramos ahí o podemos usarla como escalón para alcanzar cosas más arriba.

Por cierto, sigo decepcionado de la nueva versión de La Pantera Rosa... =P

MIG dijo...

Pues efectivamente, todos en cierto momento de la vida nos decepcionamos, pero eso nos sirve para madurar jeje, bueno eso quiero creer.... Yo tambien creo que me portaba mal de niña pq santa tanmpoco me visitaba... Che santa, un fi fi fi fi fiii donde quiera que este XD

Saludos

Anónimo dijo...

Pues.. si he tenido decepciones y las he superado y kizas vendran mas (por que asi es esto de tener que vivir) y seguro las superare tambien...Yo si soy medio grinch jeje, no me gusta mucho el festejo de navidad, en mi familia nunca hacen nada hasta el año nuevo asi que pues ese dia cada quien hace lo que kiere , pero la verdad yo difruto mucho rentar una buena pelikulita, hacerme una rika cena y comprar un riko vinito x que no?.. ese dia digamos que me consiento mucho a mi misma.. jeje y me kedo en mi casita yo sola.... GURRUMINA

Tamy dijo...

Hola Cheryl!
ahh si, yo he sufrido muchas desepciones, de amor, de santa, de tooodo.

Pero, trato de concentrarme en la bueno de eso, pero no siempre es fácil C:

Bueno, te mando saludos*

Yeyis dijo...

Hola! creo que todos hemos pasado por una desepción, yo he tenido varias pero el sentimiento me dura poco hasta que yo misma lo hago a un lado, por que no debemos permitir que nos hagan sentir mal o que nos hagan daño, así es que no lo permitamos y si lo permitimos no nos quedemos con el mas de cinco minutos.