En el cumpleaños de Rodrigo estuvimos pensando qué hacer para festejar ya que cayó en domingo y el siguiente día fue feriado, así que tuvimos dos días libres. Al principio pensé en sorprenderlo con un romántico paseo nocturno en barco, pero fue prácticamente imposible conseguir boletos, parece ser que a muchas personas se les ocurrió la misma idea ( ni que mencionar de los elevadísimos precios debido a la demanda). Después pensamos en ir a nadar con delfines, a Rodrigo le encantan esos animalitos súper inteligentes y siempre dice que estar cerca de ellos es una aventura inolvidable, pero tampoco nos fue posible ir.
Después de mucho pensarlo decidimos irnos de paseo y encaminamos los pasos, ¿O debería decir rodadas?, hacia el pueblo de Mascota, Jalisco. Ahí cerca hay una presa llamada Corrinchis, un lugar muy agradable donde hay un restaurante bastante sabroso (y nada caro) y pequeñas lanchas de motor que por una módica remuneración económica te llevan en un recorrido por la presa, también rentan unas pequeñas lanchas con pedales en las que puedes pasear en pareja, a las cuales Rodrigo no quiso subirse por nada del mundo jeje.
Cuando llegamos al restaurante, después de haber disfrutado de casi dos horas de camino, y cuando digo disfrutar lo digo en serio porque siempre tenemos buena música y unas charlas muy entretenidas e interesantes, el lugar estaba repleto de gente, de voces y risas, había un mariachi tocando las canciones de la preferencia de sus contratantes, familias completas compartiendo tiempo e historias. El ambiente estuvo magnifico para la ocasión.
También visitamos una iglesia medio derrumbada que a mí en lo personal me gusta mucho, es una construcción armoniosa, hecha casi en su totalidad de piedra de color oscuro. Con jardines muy bien cuidados y un convento más moderno en la parte trasera. Después de eso dimos un paseo por el pueblo, caminamos por sus tranquilas y empedradas calles. Por cierto que mientras recorríamos el pueblo, bastante callado y tranquilo, escuchamos un ruido estruendoso y vimos pasar un coche a toda velocidad que llevaba arrastrando uno de los focos traseros por todo el empedrado. Pensamos en dos posibles opciones: número uno, iba huyendo de alguien; número dos, era un payaso fanfarrón. Aunque yo creo que por más fanfarrón que pretendas ser, el hecho de arruinar de esa manera uno de los focos de tu auto, no es algo muy inteligente que digamos.
Regresamos a casa cansados pero muy contentos. Fue un bonito día y el cumpleañero se la pasó muy bien, lo cual me da mucho gusto, porque esa era la principal intención, colaborar para que mi amor tuviera un feliz cumpleaños. Pero ¿Saben cuál fue la mejor parte? ... que hacerlo feliz a él, me hace feliz a mi misma.
Besos
Cheryl
Después de mucho pensarlo decidimos irnos de paseo y encaminamos los pasos, ¿O debería decir rodadas?, hacia el pueblo de Mascota, Jalisco. Ahí cerca hay una presa llamada Corrinchis, un lugar muy agradable donde hay un restaurante bastante sabroso (y nada caro) y pequeñas lanchas de motor que por una módica remuneración económica te llevan en un recorrido por la presa, también rentan unas pequeñas lanchas con pedales en las que puedes pasear en pareja, a las cuales Rodrigo no quiso subirse por nada del mundo jeje.
Cuando llegamos al restaurante, después de haber disfrutado de casi dos horas de camino, y cuando digo disfrutar lo digo en serio porque siempre tenemos buena música y unas charlas muy entretenidas e interesantes, el lugar estaba repleto de gente, de voces y risas, había un mariachi tocando las canciones de la preferencia de sus contratantes, familias completas compartiendo tiempo e historias. El ambiente estuvo magnifico para la ocasión.
También visitamos una iglesia medio derrumbada que a mí en lo personal me gusta mucho, es una construcción armoniosa, hecha casi en su totalidad de piedra de color oscuro. Con jardines muy bien cuidados y un convento más moderno en la parte trasera. Después de eso dimos un paseo por el pueblo, caminamos por sus tranquilas y empedradas calles. Por cierto que mientras recorríamos el pueblo, bastante callado y tranquilo, escuchamos un ruido estruendoso y vimos pasar un coche a toda velocidad que llevaba arrastrando uno de los focos traseros por todo el empedrado. Pensamos en dos posibles opciones: número uno, iba huyendo de alguien; número dos, era un payaso fanfarrón. Aunque yo creo que por más fanfarrón que pretendas ser, el hecho de arruinar de esa manera uno de los focos de tu auto, no es algo muy inteligente que digamos.
Regresamos a casa cansados pero muy contentos. Fue un bonito día y el cumpleañero se la pasó muy bien, lo cual me da mucho gusto, porque esa era la principal intención, colaborar para que mi amor tuviera un feliz cumpleaños. Pero ¿Saben cuál fue la mejor parte? ... que hacerlo feliz a él, me hace feliz a mi misma.
Besos
Cheryl