martes, 7 de junio de 2011

Te amo, eres lo máximo, pero cambia!

Todos nacemos con una esencia que nos define desde pequeños, somos quienes siempre seremos. Podemos cambiar muchas cosas de nosotros pero la esencia es la misma, ahí se queda.


Hay una mujer en mi vida a quien amo y admiro mucho, además de mi madre.


La veo y me parece tan bonita, tan elegante, tan segura de sí misma, sabe desenvolverse en todos los ámbitos, cocina delicioso, se viste muy bien, es deportista, excelente ama de casa (sabe hacer de todo), con un gusto impecable para decorar su hogar, gran esposa y mejor madre... ¡Todo un estuche de monerías!


Durante muchos años lo que yo más quería era ser igual a ella o cuando menos aproximarme un poco a su perfección. Mucho de lo que hacía lo hacía buscando su aprobación (aún ahora lo hago de vez en cuando) si ella me decía que algo estaba bien, entonces lo estaba, sin duda alguna. Si ella decía que no, entonces estaba mal. No es que yo fuera una marioneta, no tanto así, siempre he tenido mis propias opiniones, pero ella era mi modelo a seguir, así que tenía que ser más como ella para ser mejor, para estar más cerca de alcanzar mi meta.


Pero no pude hacerlo, no pude alcanzar esa meta, simplemente porque yo no soy ella y ella no es yo.


Con el paso del tiempo fui aceptando el hecho de que no tengo todos sus talentos, pero tengo algunos propios. Y me di cuenta de que aunque su manera de vivir me gusta no puedo ser igual. Porque soy diferente, soy yo y siempre seré yo. Una vez comprendido ese punto me propuse seguir adelante, vivir como quiero hacerlo o mejor dicho como puedo hacerlo y sintiéndome lo mejor posible.


Sin embargo ella siempre está dando opiniones sobre mí, aconsejándome sobre cómo debería ser, qué debería hacer, qué no debería hacer, etc. Sé muy bien que su intención no es lastimarme, al contrario, lo hace porque cree que de esa otra manera yo seré más feliz. Lo que aún no entiende es que yo lo único que necesito es que me acepte tal como soy y poder tenerla en mi vida sin sentir que viviéndola a mi manera, la estoy defraudando a ella.


A algunos nos gustaría que nuestros seres queridos fueran más parecidos a nosotros, porque consideramos que de esta manera las relaciones serían mejores. Tratamos y tratamos de cambiarlos, por su propio bien por supuesto. O al menos eso nos decimos a nosotros mismos, que buscamos el bien de los demás, que los ayudamos a ser mejores personas o más felices.


¡Acéptame! Soy imperfecta, cometo errores, soy floja, tomo malas decisiones, soy inconstante, soy insegura, no hago deportes pero a veces lo intento, no pertenezco a tu círculo pero tú y yo podemos formar uno aparte. No soy tú, pero soy yo. ¿Puedes amarme así?


No digas que amas a alguien cuando todo el tiempo estás tratando de cambiarlo.


Besos

Cheryl

5 comentarios:

MIG dijo...

Waoo que bonito lo que escribiste. Definitivamente no debemos de cambiar nuestra forma de ser para agradarle a alguien, al igual que no debemos de intentar cambiar a las personas, debemos de aceptarnos tal y cual somos si es que lo soportamos, si no pues a dar la vuelta y seguir nuestro camino, saludos.

Anónimo dijo...

HAAA NIÑA, Muy buena nota... yo tambien siempre he dicho que la gente ya nacemos con1 esencia. y aveces tratamos de modificar cosas por ke alguien lo sugiere, o por que la sociedad dicta algo, por que querems imitar a alguien etc etc. pero esta padre aceptarnos nosotros mismos como somos con nuestras manias y nuestras opiniones.. y aceptar tambien a las personas que queremos con todo y "detallitos" jajaja. . saludos!!!

GURRUMINA

Esther dijo...

Como ya te he dicho algunas veces, me encanta la manera tan deliciosa de transmitir tus sentimientos a través de tus bellos escritos. Creo que cualquiera puede identificarse con ellos.
Y acerca de este en particular, opino que no hay manera de ser más feliz que aceptandonos como somos y continuar aprendiendo del diario vivir. Te quiero mucho.

Cheryl dijo...

Hola amigas!! Gracias por sus comentarios, que bueno que les gustó esta entrada. No es más que la verdad en la forma como yo la siento y la veo.

Les mando un abrazo!

Janeth Plazola dijo...

Esta vez todo lo que escribiste me llegó...
tienes mucha razón :)
hay que querernos tal como somos, y querer a la gente con todo y sus defectos; así somos.