Para la mayoría de las mujeres, sin importar edad, raza, posición social, etc. Entender el lenguaje masculino es algo complicado. Por más que nos esforzamos en luchar por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no podemos negar que las diferencias entre ambos sexos van más allá de nuestro control y entendimiento.
¿Quién entiende a los hombres? Y miren que no hablo en mal plan, nada que ver con intenciones de ofender, nada de Paquita la del Barrio. Pero mi pregunta es correcta ¿Quién los entiende? Me refiero, por supuesto cuando hablan de algún tópico masculino como por ejemplo…. ¡Los autos!
Hace unos días mientras Rodrigo y yo paseábamos en mi coche, se encendió la luz de un “testigo”, una pequeña lucecita en el tablero del auto que indica alguna falla o desperfecto. Cada uno de esos “testigos” tiene una forma diferente que te indica, hasta cierto punto, en donde buscar el problema. La que se encendió en mi coche tiene la forma de un motor en miniatura, según dice Rodrigo, aunque yo más bien le veo la forma de una pequeña llave de agua.
Mi novio dijo que no debía ser nada serio ya que el coche no parecía tener ningún problema, encendido a la primera, potencia normal, etc. Pero con el propósito de que yo estuviera tranquila lo llevamos con mi sobrino Jorge, que tiene un taller, para que escaneara el problema. Cuando llegamos al lugar Jorge fue a saludarnos y preguntar que nos traía por ahí. Estaba a punto de explicarle de mi coche cuando Rodrigo alcanza a ver entre el mundo de autos que había en el taller uno en especial que robó su atención.
Inmediatamente se encaminó hacía allá como hipnotizado, y Jorge tras de él, haciendo miles de preguntas. Mi sobrino fascinado respondiendo a todas, ya que el coche le pertenece y lo está reparando. No me quedó más remedio que seguirlos. Y de pronto me di cuenta de algo... sus caras habían cambiado, una luz extraña les iluminaba los ojos mientras hablaban de motores, cilindraje y caballos de fuerza, sus manos se movían haciendo aspavientos y de sus cuerpos emanaba una energía que nunca había notado antes. Por unos segundos se olvidaron de todo lo demás, incluso de mi presencia por supuesto, de los problemas de trabajo, de los económicos, de los dolores corporales, etc. ¡Mágicamente!
Pero ese no es el único tema que los pone así. Algo muy similar les pasa también cuando hablan de deportes. Llaman a cada jugador por su nombre, planean las mejores jugadas habidas y por haber, desprecian a los árbitros o referís y le echan tierra a los entrenadores que “sólo sirven para tres cosas: para nada, para nada y para nada”.
Y cuando me tomé el tiempo de observar sus reacciones ante las cosas que les gustan, pude evaluar las emociones que emanan de ellos y la facilidad de palabra que tienen con sus compinches (amigos)... llegué a la conclusión de que después de todo hombres y mujeres no somos tan diferentes en ese aspecto. Intereses distintos pero igual de apasionados.
¿Quién entiende a los hombres? Y miren que no hablo en mal plan, nada que ver con intenciones de ofender, nada de Paquita la del Barrio. Pero mi pregunta es correcta ¿Quién los entiende? Me refiero, por supuesto cuando hablan de algún tópico masculino como por ejemplo…. ¡Los autos!
Hace unos días mientras Rodrigo y yo paseábamos en mi coche, se encendió la luz de un “testigo”, una pequeña lucecita en el tablero del auto que indica alguna falla o desperfecto. Cada uno de esos “testigos” tiene una forma diferente que te indica, hasta cierto punto, en donde buscar el problema. La que se encendió en mi coche tiene la forma de un motor en miniatura, según dice Rodrigo, aunque yo más bien le veo la forma de una pequeña llave de agua.
Mi novio dijo que no debía ser nada serio ya que el coche no parecía tener ningún problema, encendido a la primera, potencia normal, etc. Pero con el propósito de que yo estuviera tranquila lo llevamos con mi sobrino Jorge, que tiene un taller, para que escaneara el problema. Cuando llegamos al lugar Jorge fue a saludarnos y preguntar que nos traía por ahí. Estaba a punto de explicarle de mi coche cuando Rodrigo alcanza a ver entre el mundo de autos que había en el taller uno en especial que robó su atención.
Inmediatamente se encaminó hacía allá como hipnotizado, y Jorge tras de él, haciendo miles de preguntas. Mi sobrino fascinado respondiendo a todas, ya que el coche le pertenece y lo está reparando. No me quedó más remedio que seguirlos. Y de pronto me di cuenta de algo... sus caras habían cambiado, una luz extraña les iluminaba los ojos mientras hablaban de motores, cilindraje y caballos de fuerza, sus manos se movían haciendo aspavientos y de sus cuerpos emanaba una energía que nunca había notado antes. Por unos segundos se olvidaron de todo lo demás, incluso de mi presencia por supuesto, de los problemas de trabajo, de los económicos, de los dolores corporales, etc. ¡Mágicamente!
Pero ese no es el único tema que los pone así. Algo muy similar les pasa también cuando hablan de deportes. Llaman a cada jugador por su nombre, planean las mejores jugadas habidas y por haber, desprecian a los árbitros o referís y le echan tierra a los entrenadores que “sólo sirven para tres cosas: para nada, para nada y para nada”.
Y cuando me tomé el tiempo de observar sus reacciones ante las cosas que les gustan, pude evaluar las emociones que emanan de ellos y la facilidad de palabra que tienen con sus compinches (amigos)... llegué a la conclusión de que después de todo hombres y mujeres no somos tan diferentes en ese aspecto. Intereses distintos pero igual de apasionados.
Cheryl.
4 comentarios:
ahhh que hombres estos jajajaja... todos nos apasionamos por algo.. no importa el genero, cuando algo te gusta y lo haces simplemente te olvidas de todo lo que te rodea por un momento, acuerdate de mi en la pista alla en la Peñita
Pues sí, cuando uno hace clic con un tema que le apasiona, desconocemos todo lo de alrededor... Especialmente si somos hombres que sólo podemos atender una cosa a la vez...
Resignación Sharo... : )
Pues si, todos somos asi, cuando algo nos gusta, nos deslumbra y olvidamos todo lo demas en ese momento. Mi esposo no es de los que les encanta hablar de carros ni de deportes, pero tiene otros intereses... cada que vamos a una muebleria o tienda es lo mismo, se hipnotiza en el departamento de electronia (en el de televisores para ser mas exacta) asi sepa que no va a comprar nada, ahi anda viendo las caracteristicas y se asoma para ver de que forma esta conectada la TV al DVD "si de la forma fregona o la forma chafa" jeje... en fin... eso le encanta, y yo pues no tengo de otra mas que ser paciente =D
Saludos
Totalmente deacuerdo contigo!!
;D un saludo!
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