domingo, 29 de noviembre de 2009

Mudanza

Cada vez que escucho la palabra Mudanza no puedo evitar acordarme de “Hoy voy a cambiar” jeje. Cuando era niña mi familia y yo nos mudamos en varias ocasiones pero nunca me tocó la parte más pesada, ya que era una niña (hace sólo un par de años, por supuesto), pero ahora que estoy en plena mudanza y que ya no soy una criaturita, se que no es algo precisamente sencillo, al contrario.

Cosas que hace un tiempo me parecían imprescindibles ahora sólo me causan estrés porque son cargas que debo cambiar de lugar. Si bien, mi nueva casa está muy cerca de la anterior, aún así debo transportar todas mis pertenencias y muebles. No me imaginé que fuera tan pesado, aunque es algo ilógico pensar lo opuesto.

Ahora veo que tengo demasiadas cosas que ya ni siquiera recordaba que tenía y eso no es algo bueno. En alguna parte leí que todas las pertenencias guardan la energía de sus dueños y ésta debe mantenerse en movimiento ya que de otra forma se convierten en malas vibras, así que si hay objetos que no se han movido en algún tiempo es mejor deshacerse de ellos, sobre todo tratándose de cosas tales como: ropa, accesorios, zapatos y otros artículos muy personales.

De hecho ya hice una cuidadosa selección de todo aquello de lo que me desharé en estos días, quiero ayudar a que las energías circulen de forma positiva en mi nueva casa. Pero por más que tengo deseos de no ser igual que mi mama, en cuanto a los “tiliches”, hoy descubrí que hay muchísimas cosas de las que no me puedo deshacer.

Entre documentos importantes, juegos de sábanas, edredones, cojines, almohadones, agendas fiscales y cuadernos, sólo los que realmente uso y me importan, ya se hizo un gran montón. Y hablando de documentos, una de las cosas que aprendí de mi mamá es que al momento de decidir que ya es tiempo de desocupar alguna gaveta llena de papeles, lo mejor que puedes hacer el quemarlos, sí, tal vez para algunos suene un poco paranoico, pero la verdad es que no me gustaría que algún desconocido revise mis viejas recetas médicas, estados de cuenta de años anteriores o cosas que he escrito en momentos de mi vida.

A pesar del cansancio, del trabajo que parece no terminar nunca, del poco tiempo que tengo para dedicarle a la casa debido a mi trabajo y de tanto tiliche jeje, parece que esto esta quedando bien.

Poco a poco estoy convirtiendo esa casa en MI HOGAR y eso amigos .... me hace feliz.


Besos


Cheryl

domingo, 22 de noviembre de 2009

Noches de cine

Como ya les he comentado en varias ocasiones, me encanta ir al cine, aunque últimamente no he visto alguna película que realmente me impresione o me deje un recuerdo interesante. Supongo que hasta a los importantes de Hollywood se les acaba la imaginación.

La noche del jueves Rodrigo y yo fuimos a ver Luna Nueva, como muchos saben es la segunda película basada en la tetralogía de libros de la autora Stephenie Meyer que son: Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer. El año pasado estrenaron la primera, que si bien me pareció buena, confieso que me agradó mucho más el libro (es rara la ocasión en que una película le hace justicia a un buen libro).

Cuando entramos en la sala, yo estaba preparada para lo que vería, pero Rodrigo no, jajajaja, una sala llena en su mayor parte por adolescentes y no estoy hablando exclusivamente de chicas ehhhh! Había de todo, sí, de todo, ustedes saben de qué hablo.

Nos equipamos con palomitas y refresco, buscamos nuestra mejor localidad, por aquello del “Locatión, locatión, locatión”. Mientras empezaba la proyección estuvimos conversando tranquilamente, disfrutando del ambiente, peeeeeeeeero cuando las luces empezaron a disminuir de intensidad inmediatamente empezaron los gritos (para sorpresa y desesperación de mi acompañante jajaja).

Los innumerables sonidos que se escucharon durante toda la función y que no provenían precisamente de la película me sacaban de concentración de vez en cuando causándome molestia y risa a la vez: suspiros, gritos, gruñidos y unos cuantos que parecían demasiado llenos de “emoción” para pasar desapercibidos. Supongo que todas las chicas están enamoradas de Edward o de Jacob, quien por cierto apareció semidesnudo la mayor parte de la historia, y los chicos son admiradores de Bella Swan, la heroína.

Independientemente de esos detalles auditivos, me gustó. Estuvo bien armada la historia, incluyeron la mayoría de acontecimientos importantes, no cambiaron tantas cosas... en pocas palabras: ¡Lo hicieron bien! Se las recomiendo. Pero sólo a aquéllos que son seguidores de la tetralogía o que gustan de las historias de amor verdadero. Si al momento de leer lo anterior pensaste “ahh! Que cursi” entonces no es para ti jajaja.



Besos


Cheryl

domingo, 4 de octubre de 2009

Expresivamente obvia

Nunca he sido particularmente reservada, al contrario, a veces pienso que hablo demasiado o como dirían en mi pueblo “Hablo hasta por las orejas”. Pero tengo otra forma igualmente efectiva, si no es que más, para comunicarme. Me resulta algo incomoda de repente, pero he aprendido a vivir con ello.

En los últimos días me han comentado con frecuencia sobre lo expresiva soy y lo mucho que dicen mis ojos.... jajaja presunción aparte (por aquello del ojazo tapatío). No me había puesto a pensar en ello, pero me doy cuenta de que es verdad. Tengo unos ojos delatores.

Soy del tipo de persona que no puede ocultar sus emociones, al menos no sin muchas dificultades. Al principio me sorprendía que Rodrigo, por ejemplo, pudiera leer en mí de manera tan fácil, pero lo atribuía a mi relación con él, al amor, etc. Con sólo verme una vez a la cara, me busca los ojos y me acosa con preguntas como: “¿Qué tienes? ¿Qué te pasa?” y cosas así. Y por más que yo niegue tener algo, él sabe cual es la verdad.

Dicen que los ojos son los espejos del alma ¿Será? Es algo muy romántico pensar así. Yo lo creo. En los ojos puedes ver reflejados toda clase de sentimientos, puedes encontrar amor, odio, compasión, ternura, desprecio, miedo, tristeza, furia. Todas las emociones humanas se pueden expresar con los ojos. Al menos desde mi punto de vista. Aunque hay personas tan duras y herméticas que no dejan ver ningún tipo de emoción.

No sé si esto sea algo bueno o una desventaja. Porque no puedo ocultar mis sentimientos, me cuesta mucho disimularlos. Pero entonces hay cosas que me preocupan: ¿Significa eso que perdí el misterio? ¿Cómo puedo manejar eso del corazón frío cuando se puede ver el fuego en mis ojos? Creo que nunca podré ser jugadora de poker.

Mi madre dice que soy un libro abierto y mi jefe me acaba de llamar la atención por la forma en como luzco en los últimos días, dice que el estrés se me nota a más no poder.

¿Qué se supone que debo hacer entonces? ¿Debo aprender a fingir? ¿Esconder mis emociones? Y no es que explote a la menor provocación o que me suelte llorando a la primera contrariedad, porque no es así. Por lo regular no soy una chica seria, al contrario, pero cuando algo me preocupa o me estresa, me molesta o me pone triste, irremediablemente se ve reflejado en mi rostro de la misma forma que la alegría o la tranquilidad.

Por lo pronto creo que tengo que aprender a ser fría y tal vez intentar disimular mi sentir de alguna forma. No es algo que me guste, eso de fingir que no siento lo que siento, pero me desagrada más que mi estado de ánimo sea tan evidente para los que me conocen.

¿Ustedes que opinan?


Besos

Cheryl

domingo, 20 de septiembre de 2009

Para variar

TE DIGO ADIOS...

Te digo adiós
Y acaso te quiero todavía
Este cariño triste,
Apasionado y loco
Me lo sembré en el alma
Para quererte a ti.
No sé si te amé mucho,
No sé si te amé poco
Pero si sé que nunca
Volveré a amar así...
Me queda tu sonrisa
Dormida en tu recuerdo
Y el corazón me dice
Que jamás te olvidaré
Pero al quedarme sola
Sabiendo que te pierdo
Tal vez empiezo a amarte
Como jamás te amé.
Te digo adiós
Y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño
Morirá dentro de mi
Pero te digo adiós
Para toda la vida
Aunque toda la vida
Siga pensando en ti.


Este es uno de mis poemas favoritos... quizás se pregunten por qué lo pongo hoy aquí. No estoy triste, ni tampoco he terminado ninguna relación amorosa. Es sólo que hoy, mientras revisaba mis viejos archivos encontré uno en el que guardo muchos poemas, mis consentidos y todos aquéllos que he escrito yo misma.
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Te digo adios fue escrito por un poeta cubano llamado José Angel Buesa y me encanta. Uno de mis poetas preferidos es Pablo Neruda, cuando estaba en la preparatoria uno de mis maestros leyó un par de poemas escritos por mi, recuerdo que me hizo buenas criticas y la siguiente vez que lo ví me regaló un libro con los poemas de Pablo Neruda: 20 Poemas de amor y Una canción desesperada. Hasta ese momento sólo conocía los más populares, pero leerlo me abrió muchas ventanas a la inspiración y al romance. Aunque teniendo un alma tan nostálgica como la mía no estoy segura de que eso fuera del todo bueno jajaja.
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Esa es una parte de mi que no muchos conocen, pero ahora ya lo saben.
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Besos y abrazos
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Cheryl

lunes, 10 de agosto de 2009

¿Y ahora qué?

Hace muchos años, cuando yo era una niña, pensaba que la meta principal de mi vida era llegar a ser astronauta, a eso iba a dedicar mis días y mis noches.

Cuando eres niño lo que anhelas es crecer, empezar a ir a la escuela; cuando vas a la escuela quieres conocer amigos; cuando ya tienes amigos deseas tener un novio; cuando ya tienes novio quieres una fiesta de 15 años; después de la fiesta empiezas a desear un auto; cuando tienes el auto ya quieres irte a la universidad y ser independiente; después añoras la fiesta de graduación; luego quieres ser rico y famoso; deseas una relación estable; después empiezas a desear casarte; luego quieres tener hijos; luego una casa propia; luego el empleo perfecto; luego deseas poder darle lo mejor a tus hijos; y así la lista de puede ir hasta lo inimaginable.

¿Nunca deja uno de desear? ¿La vida consiste en estar siempre a la caza de sueños? ¿Qué es lo que la mayoría de los humanos buscamos obtener de nuestras vidas? ¿Qué es lo que nos guía? ¿A dónde nos dirigimos? ¿Cuándo termina la zozobra? ¿Sólo con la muerte nos llega la paz? ¿Por qué los humanos siempre estamos anhelando lo que no tenemos? ¿Alguna vez nos conformaremos sólo con vivir?

Sé que son muchas preguntas. Yo me las he hecho y no sólo una vez, en repetidas ocasiones. Con el paso de los años he ido acumulando más, mis dudas han cambiado, mis temores también, mis metas, mis planes, mi cabello y mi piel. Todo cambia con el paso del tiempo, pero las dudas siempre están ahí, algunas veces para bien, otras para dar lata nada más.

Al menos tengo un deseo que he conservado durante casi toda mi vida y espero realizarlo muy pronto. Aunque no es nada fácil. Pero creo que ese es el siguiente paso que debo dar y ¿Saben que? ¡Estoy ansiosa!

Tal vez este plan no me lleve a conquistar el mundo, ni tampoco responda todas las incógnitas de mi vida, pero sé que me llevará a lugares desconocidos hasta ahora para mi, lugares felices y llenos, quizás, de mas preguntas que pasaré mi tiempo tratando de responder. Quiero vivir la vida con más ganas, rodearme de gente nueva que aprecie la persona que soy, pero conservaré a todos aquellos, no tan nuevos, que son importantes para mi. Jugaré nuevos juegos, recorreré otros caminos. Cosas simples. Dicen que la felicidad está en las cosas simples de la vida. Yo quiero encontrar y conocer esas simplicidades.
Han escuchado un dicho que dice que: “No se puede tener todo en la vida”, pues yo creo que es falso hasta cierto punto. Sí se puede tener todo en la vida, sólo que no al mismo tiempo.


Besos.


Cheryl

miércoles, 29 de julio de 2009

Algo diferente

Casi siempre que escribo en este blog trato de contarles lo que me pasa con alguna nota de humor, para que mis aventuras les resulten en algo bueno, ya sea una reflexión, una sonrisa, un pensamiento positivo o negativo, un desacuerdo o una afirmación, un recuerdo o una carcajada.

Pero hoy.... hoy estoy triste.

Siempre he sabido que dentro de mi personalidad hay una veta dramática bastante fuerte, mis hermanas lo repiten cada vez que cuentan alguna anécdota de mi infancia, dicen cosas como: “Es que debiste ser actriz” o “No seas exagerada y dramática”. Y yo acepto que es verdad, tienen razón. Tengo tendencia al drama, a la nostalgia, a la tristeza y al dolor del corazón (en sentido puramente romántico, no es que me gusten los ataques cardiacos o las arterías tapadas).

Hoy estoy triste. No sé por qué. O tal vez si lo sé pero son tantos detalles que no puedo culpar a ninguno en particular. Pero puedo notar que el mundo cambia de color y me sorprende ver como para algunas personas es brillante y maravilloso tanto como para mi es nublado y sin chiste, por ahora. Y me quedo mirando al infinito, sin ver nada en realidad, sólo pensando en la manera de salir de este estado de ánimo.

¿Por qué cuando un aspecto de la vida parece resolverse, hay otro que se desmorona en ese preciso instante? ¿Por qué las personas que me rodean empiezan a cobrar importancia en mi vida mientras que yo no parezco importarle a nadie? ¿Por qué en ocasiones suelo aislarme del resto del mundo?

Últimamente siento que estoy perdiendo el piso, que lo que creía conocer del mundo no es más que una mentira, una enorme pared pintada con el paisaje que yo quería ver y no puedo notar la realidad hasta que me golpeo la cabeza con ella. ¿Será que yo lo mal entiendo todo? ¿Será que aún no he aprendido cómo leer las señales? ¿O simplemente será que mi tendencia al drama lo complica todo?

Me duele darme cuenta de que las personas que pensé serían parte de mi futuro, tal vez tengan planes distintos y yo, como siempre, engañándome a mi misma, esperando cosas que no llegarán.

Menos mal que no todos vemos el mundo de la misma forma, porque si no... estaríamos en problemas. La vida tiene una gama de colores tan extensa y somos tantas las personas que la vivimos con diferentes estados de ánimo que eso la hace maravillosa, aunque tal vez yo ahorita no pueda notarlo.



Cheryl

domingo, 12 de julio de 2009

¡Corre Pánfilo Corre!

Hace muchos, muchos minutos en una pequeña dependencia de gobierno, en un pueblito perdido vivía un caracol, llamado Pánfilo, que hacía las veces de funcionario del registro civil, de notario, de alcalde, jefe de la policía, juez y todo aquello que necesitara algún tipo de control o don de mando. Este caracol era el mejor y el más capacitado para todos los puestos que desempeñaba dentro del gobierno de Laborioso, su pueblo natal, no había nadie que supiera más que él y nadie que tuviera mayor autoridad.

Todos y cada uno de los días registra nacimientos, matrimonios y divorcios, compras de propiedades, nuevos asentamientos y aperturas de negocios, se arregla con los pueblos vecinos para reparar las carreteras que, con las lluvias torrenciales que azotan a la comunidad en esta época, están muy descompuestas e impiden en arribo de visitantes, lo cual afecta directamente los ingresos del Ayuntamiento. Como jefe de la policía y juez, Pánfilo también se encarga de tratar con problemas legales tales como robo del fondo de ahorros, asalto a las cosechas, pleitos de vecinos, etc. De la misma forma Pánfilo también se encarga de la toma de decisiones súper importantes como de qué color se pintara la presidencia este año, qué plantas y flores se incluirán en los jardines y también de las cosas del presupuesto.

Debido a su alto rango Pánfilo siempre esta vestido correctamente, traje sastre, corbatín y zapatos perfectamente lustrados, de vez en cuando, si la ocasión lo amerita, usa su sombrero de copa, lo cual sólo ocurre una vez al año, cuando son las fiestas de la región y todos los alcaldes se reúnen en Salón Morado para una cena de gala donde cada uno de ellos, cinco en total: Don Gorrión, alcalde de Zapatito; Don Filomeno, alcalde de Mirillo; Doña Cataluña, alcaldesa de Abanico y Doña Manchita alcaldesa de Comboy, se visten con sus mejores ropas y hacen alarde sobre lo bien controlados que tienen todos los problemas de sus respectivos pueblos, lo útiles que son a la comunidad, lo mucho que los habitantes los necesitan y lo perdidos que estarían todos de no ser por ellos.

Lo que nadie sabe en Laborioso y pueblos circunvecinos es que Pánfilo tiene un sueño que no comparte con nadie y que no tienen nada que ver son sus labores sociales y políticas. Pánfilo el caracol quiere ser ¡Corredor de autos!. Por las noches, después de salvar al mundo (o bueno, cuando menos a Laborioso) Pánfilo llega a su hogar, se quita el corbatín y el traje sastre, saca su colección de autos y sueña con altas velocidades rodeado de sus Ferrari, Mercedes, Sauber y demás.

Desde que era pequeño Pánfilo ha tenido el mismo anhelo, pero siempre hubo quien le dijera que “¡Es una locura! los caracoles no corren autos”, “No seas tonto”, “No pierdas tu tiempo con tonterías”, “¿Dónde se ha visto a un caracol en las carreras de autos?”. Todos sus compañeritos de la escuela se burlaban de los deseos del pequeño Pánfilo, incluso su padre, a quien tanto adoraba, en muchas ocasiones le dijo: “Soñar no te llevará a ninguna parte, debes seguir mis pasos si quieres llegar a ser alguien”.

Poco a poco Pánfilo fue perdiendo la esperanza de realizar su meta, fue cediendo a los deseos de los demás, sus padres y amigos, empezó a convencerse a sí mismo de la imposibilidad de realizar su más adorado anhelo. Perdió la fuerza para luchar, simplemente se dejó llevar por donde la vida lo llevó y mira que lo llevó lejos, ahora es alcalde del pueblo. Su padre estaría muy orgulloso si pudiera verlo.

Pero, a pesar de todo, Pánfilo no se siente feliz. Aunque los años pasan sigue pensando en su sueño, sin importar el tiempo, la distancia o la imposibilidad de lograrlo.

Un día de esos en que Pánfilo lo tiene todo dominado en el Ayuntamiento, Registro civil, Comisaría y demás, mientras mira por una de las ventanas de su oficina, entra Silbido su secretario y ayudante de siempre, después de darle los buenos días, con todo el respeto que su posición merece, pone sobre el escritorio los periódicos, después de todo ¿Qué clase de político y ciudadano sería si no se mantiene informado de lo que acontece en el mundo?

Siendo un caracol tan metódico y seguidor del orden como lo es Pánfilo, no se salta ninguna de las secciones del periódico, al contrario. Después de deleitarse con todas las novedades como que, según los pronósticos del Turistín, se espera una buena oleada de visitantes para esta temporada. Y qué decir de los escándalos, como ese de que Don Gorrión fue atrapado por la cámara de un paparazzi en pleno ataque de glotonería.

Al llegar a la sección deportiva, Pánfilo casi se va de espaldas cuando lee lo que ahí dice: “Si eres fanático de las carreras de autos, esta es tu gran oportunidad, te esperamos en el Autodromo de Ciudad Montecarlo, estarán los mejores pilotos del mundo y puedes ser elegido para correr uno de los autos mas rápidos. Ven, te estamos esperando”.

-¡Cielos! Que buena suerte la mía- piensa Pánfilo- -Si tan sólo fuera lo suficientemente valiente para perseguir mi sueño. Pero no puedo abandonar a todos aquí, ellos confían en mí, me respetan, soy indispensable. ¿Qué harán si yo no estoy? ¿Quién resolverá todos los problemas? Son tan débiles y están tan expuestos. No, definitivamente no podrán arreglárselas sin mí. Una vez más tendré que dejar esta locura y cumplir con mis obligaciones.

Qué gran tristeza invadió el corazón de Pánfilo, sus obligaciones que, hasta ahora, le daban sentido a su vida, ahora le pesan como una gran roca atada a su cuello. Esa noche, cuando llegó a su casa, no tuvo deseos de sacar su colección de autos. ¿Qué hacer? ¿Perseguir su sueño y abandonar todo lo que con tanto esfuerzo a conseguido? ¿Conformarse con vivir el sueño de alguien más? ¿Dejar ir la oportunidad de pilotar un auto de carreras? ¿Quedarse en su pueblo y seguir haciendo sus funciones normalmente, como si nada hubiera pasado? ¿Y si pierde su chance de ser corredor de autos? ¿Y si pierde todo lo que tiene?

Pánfilo no pegó el ojo en toda la noche. Pensó y pensó, lloró, pataleó, se desesperó, meditó sobre todas y cada una de las labores que realiza diariamente, sobre su felicidad y su verdadero deseo... al final después de mucho meditarlo, tomó una decisión.

La mañana siguiente salió en el primer vuelo hacia Ciudad Montecarlo. Su puesto y obligaciones estarían en el mismo lugar hasta que él volviera. Y de no ser así, volvería a empezar.


Besos

Cheryl

miércoles, 8 de julio de 2009

Prejuicios

Dicen que la vida te tiene reservadas sorpresas a la vuelta de la esquina o donde menos lo esperas.

Me ha pasado que durante largos periodos de mi vida, y por largo me refiero a semanas, no me encuentro con ninguna novedad, nada que me sorprenda demasiado, ni que me cause emociones exultantes, pero de repente algo sucede, algo cambia, algo se mueve en la energía, en la atmósfera o en el universo y las situaciones diarias empiezan a cambiar.

Tampoco es que ocurra una invasión extraterrestre o que me tope con Johnny Depp en la calle, lo salve de un peligro inminente y termine enamorado de mi (eso sí que sería una gran aventura jajaja... pero no te preocupes mi amor, yo por supuesto, le diría que no). A lo que en realidad me refiero es a que en ocasiones estamos ya tan acostumbrados a ciertas cosas, a ciertas personas, a una forma específica de llevar nuestras vidas que, de cierta manera, perdemos la capacidad de sorprendernos o mejor dicho... perdemos las ganas de dar oportunidades.

A veces me sorprendo a mi misma prejuzgando situaciones o personas. Por ejemplo: si no estoy de buen humor mejor no voy a la fiesta que organizó X persona porque “Seguramente ni me voy a divertir” o “¿Para qué voy? De seguro estará aburridísima”. Ahí ya perdí una oportunidad de hacer algo diferente y de llevarme una sorpresa, negativa o positiva, de la que sea, pero ya me lo perdí. Mi papá siempre me dice “Es mejor arrepentirte de cosas que hiciste y no de cosas que dejaste de hacer”.

Hace algunos años tenía el lema de “Todos las personas son desagradables hasta que me demuestren lo contrario” jajajajaja. No me odien por eso, así pensé durante algún tiempo. Les puedo decir que con los años he madurado y que mi mente se iluminó, que ahora estoy llena de amor y humildad hacia mi prójimo... pero ¿Para que empezar a mentirles ahora? Jeje. Aunque es verdad que ya no pienso de la misma forma, pero no fue iluminación, todo ha sido a base de entender que he cometido muchos errores en mi vida, que he basado decisiones importantes en cosas que no tenían buenos fundamentos. En pocas palabras me dí algunos golpes y eso me obligó a cambiar de opinión.

Últimamente trato de dar más oportunidades, más que nada a mí misma. Me doy la oportunidad de conocer a las personas antes de decidir si me caen bien o si me caen mal. Y eso, en particular, es algo que me da mucho gusto, porque en pocos días he conocido personas muy interesantes, con quienes tengo mucho en común o tal vez nada, pero que ese detalle, en lugar de molestarme, las hace mas geniales.

Dar oportunidades es algo que debemos aprender, es indispensable si quieres pasarla bien, aunque nunca falta la desilusión o como luego dicen “El prietito en el arroz”, pero todo es parte de la vida. Y la vida se hizo para vivirla ¿Que no? Sigamos aprendiendo, cambiando, siempre intentando ir hacia delante, mejorando. Hay que conocer lugares nuevos, dejar entrar nuevas personas a nuestras vidas, intentar cosas que siempre hemos querido hacer, leer mucho, caminar cuanto podamos, dejar de perder el tiempo (porque se nos termina) en cosas que ya pasaron y no se pueden corregir ni recuperar.... pero más importante aún: Dejemos de prejuzgar, la vida es un misterio y nunca sabes si la siguiente esquina es donde esta tu sorpresa.



Besitos


Cheryl

miércoles, 17 de junio de 2009

Cumpleaños

Feliz cumpleaños a tiiiiiiiiiiiiiii!!! Feliz cumpleaños a tiiiiiiiiiiiiiiii!!! Feliz cumpleaños querido blog!!! Feliz cumpleaños a tiiiiiiiiiii!

Ahhhhhh! Que emoción! hoy se cumple un año desde la primera vez que escribí algo en este blog. Bueno desde entonces han sucedido muchas cosas, he tratado de madurar jajajaja aunque no estoy segura de haberlo logrado.

En este último año han pasado muchas cosas en mi vida. Rodrigo y yo decidimos que nuestro tórrido romance debería ser considerado seriamente. Le dí otro rumbo a mi vida laboral, dejé el empleo donde pasé varios años y me cambié a uno mas “fancy” pero muy mal remunerado, aunque debo decir que valió la pena, aprendí mucho y gracias a eso me conseguí otro empleo rápidamente, el cual es más satisfactorio, aunque no tan bien pagado como yo quisiera, pero al menos me siento bien conmigo misma y sigo aprendiendo, a base de golpes y muchas preocupaciones pero aprendiendo.

Cambié mi televisión, después de lo del rayo, también compré un colchón nuevo, me fui de vacaciones con mi familia, conocí a Janeth quien tiene un blog también y es muy natural y original. Falleció un amigo. He seguido perdiéndome en las calles de una ciudad pequeña como Puerto Vallarta, pero que sigue creciendo y poniéndose cada vez más llena de tráfico, de semáforos y colonias.

Sigo luchando con los miedos que de repente me paralizan cuando voy en busca de mis sueños pero hasta ahora no me he dejado vencer. He llorado mucho, me he reído también, he soñado y he fabricado planes para mi futuro. Continúo cumpliendo años (muy a mi pesar jajajaja) y enfrentando la “sejuela” con la mayor dignidad posible. Trato de hacer ejercicio frecuentemente y parece ser que logré lo que parecía imposible: Convencer a Rodrigo de que lo haga también, además, con nuestra nueva condición física ya no nos sofocamos (tanto) cuando subimos las gradas del cine para llegar a nuestro lugar favorito, la última fila.

Estoy planeando ponerme un nuevo tatuaje... aún no está decidido del todo, pero podría ser. Cada vez dependo más de la tecnología jeje y continúo batallando para decidirme por el tipo de shampoo que usaré. Decidí no ver más películas de terror porque me roban el sueño que de repente, me cuesta conciliar, por aquello del insomnio.

Como luego dicen, la vida sigue y el tiempo no se para. Espero que todos mis amigos me sigan leyendo, que no se desesperen si a veces no escribo, que se rían de mis tonterías y aventuras, que se me sigan ocurriendo formas para contarles las peripecias de mi vida.

Un año! Ya sólo me queda decirles gracias a todos por leerme y dejar sus comentarios, para mi son muy importantes.


Besos

Cheryl

P.D. Creo que la niña que llevo dentro ya no estaría tan decepcionada de conocerme ; )

domingo, 24 de mayo de 2009

Costumbres

En las mañana cuando llego a mi trabajo, lo primero que suelo hacer es encender la luz (no porque entre muy de madrugada, si no porque mi oficina es algo oscura jeje), pongo mi bolso en el escritorio, enciendo mi computadora y monitor, busco la llave para abrir el archivero, una vez abierto pongo mis cosas dentro del mueble, me conecto al Messenger y empiezo a trabajar, la mayor parte de las veces no hablo con nadie, excepto con Rodrigo, pero es una costumbre.

Después de un par de horas trabajando me empieza a dar la cosquillita de ir por mi café, trato de ignorarlo y sigo con mis labores. De repente empiezo a percibir el delicioso aroma de mi café inexistente y casi puedo sentir el saborcito dulzón en mi boca. Para no hacer más largo el cuento, es tanto el antojo que termino consiguiendo el objeto de mi deseo: un capuchino sabor vainilla.

Me puse a pensar al respecto y llegué a la conclusión de que es una costumbre. Estoy acostumbrada a tomar mi cafecito a cierta hora y en mi lugar de trabajo, por lo tanto en cuanto llego a ese ambiente (mi oficina) o se llega la hora en que suelo beberlo... mi mente lo asocia e inmediatamente me envía la señal de que algo me hace falta para que todo se vea mejor: el café.

Estoy segura de no ser la única a quien le suceden cosas así ¿Se dan cuenta de cuántas cosas hacemos sólo por costumbre? ¿Es posible que una costumbre nos lleve de manera inconciente a adquirir un vicio? Después de todo ¿Qué son los vicios si no costumbres muy arraigadas y dañinas que se convierten en “necesidades físicas”? Incluso Juan Gabriel compuso una canción al respecto llamada “Costumbre” donde habla de que “No cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amooooooooooooor”.

Tengo una blusa de color verde que me encanta y desde hace no sé cuánto tiempo siempre que la uso me pongo también un juego de aretes en particular, en realidad no es porque vayan perfecto con el atuendo o porque no tenga otros más lindos.... es, simplemente costumbre. Cuando vengo manejando camino a casa me pasa lo mismo, tengo elegido de antemano el lado de la carretera por el que iré y en qué tramos de la misma, o cuando se trata de pasar los topes, creo que la mayoría de las veces los paso por el mismo lado. Incluso los lugares que visito, son casi siempre los mismos ¿Por qué? Por costumbre y también por aquello de “mas vale malo por conocido que bueno por conocer”.

En varias ocasiones, hablando con personas, en su mayoría casadas de varios años, ha surgido la palabra “Costumbre” un par de veces y me pregunto ¿Realmente podemos confundir el amor con la costumbre? Y recordaba también una frase que tiene que ver con el tema y suele usarse para describirnos, cita lo siguiente “Los humanos somos animales de costumbres”. Las costumbres no son malas, al menos no todas, pero pueden llegar a convertirse en Rutina y eso ya es una palabra fuerte, no negativa porque se han contado historias de personas, en las cuales la rutina condenaba o salvaba. Todo tiene siempre dos ángulos para mirarse.

Las costumbres son parte de nuestras vidas por lo tanto, y todos, sin excepciones, tenemos las propias. Algunas más fastidiosas que otras, pero son parte de nosotros ¿Costumbre? ¿Locura? ¿Manía? ¿Hábito? ¿Práctica? Llámalo como quieras, pero ahí están. ¿Cuáles son las tuyas?

Besos

Cheryl

jueves, 21 de mayo de 2009

Viaje a Talpa

No sé si en algún momento les he comentado que tengo 5 hermanos; tres mujeres y dos hombres, todos muy diferentes uno del otro, no sólo en el aspecto físico, si no también en carácter, gustos, pretensiones, planes de vida, etc. Mientras unos somos de piel morena y ojos oscuros, otros son blancos con ojos claros, unos con cabellos rizados y otros tan lacios como chorro de agua, unos con la vista puesta en los negocios, otros que no sabemos en realidad lo que podemos esperar de la vida.

Cada año uno de mis hermano, Javier, organiza un viaje a un conocido pueblo llamado Talpa de Allende, que es famoso por su milagrosa virgen y es visitado por cientos de personas en cualquier época del año. Yo todavía no termino de entender ciertas locuras que la gente promete, movidos por la fe, aunque no los critico ni juzgo.

En fin, este viaje no tendría gran relevancia de no ser porque la mencionada población esta a dos horas de distancia en coche y la carretera, a pesar de estar, generalmente, en buen estado, es complicada, llena de curvas y la mayor parte de ella son inclinadas subidas, pero lo mejor de todo es que el paseíto de mi hermano se realiza en bicicleta.

Todo empieza un viernes por la mañana, muy temprano, mi hermano, su hijo, algunos amigos ciclistas, mi cuñada (su esposa) y yo. Nos preparamos con provisiones de agua y comida, gorras, litros de bloqueador solar, parches y cámaras de llanta para desponchar, algunas herramientas y otros “detalles” ya que el viaje en bicicleta nos toma aproximadamente 8 horas de camino. Por supuesto se necesita una camioneta para cargar todas las provisiones y maletas, ya que nos quedamos allá durante el fin de semana, por supuesto esa camioneta necesita un chofer... ahí es donde entro yo jeje (no se les habrá ocurrido ni por un instante que yo iría en bici... verdad?).

Tanto mi cuñada como yo, nos divertimos de lo lindo (aunque nos aburrimos también durante el trayecto) platicando, comiendo y jugando cartas mientras esperamos que el convoy de ciclistas nos alcance, cuando llegan a nuestra posición les damos unos minutos de ventaja y luego salimos en pos de ellos para después volver a esperarlos. Suena divertido eh? jajajaja. Pues aunque parezca difícil de creer sí lo es, al menos a mi me lo parece.

Para cuando llegamos a Talpa ya son cerca de las 5 o 6 de la tarde, nos instalamos en un hotel, alejado del centro por aquello del bullicio, nos damos un baño, descansamos un rato y salimos rumbo a la plaza a buscar algo para cenar, ver las festividades y shows que empiezan después de misa. Al día siguiente mi cuñada y yo asaltamos una tienda de platería para comprarnos chucherías. Después hacemos las compras de recuerdos y encargos: dulces típicos conocidos como rollos de guayaba, rompope y el famoso chicle de Talpa, con el cual hacen gran variedad de figuras como sombreritos, flores, huaraches, canastas, etc.

Este viaje se realiza una vez al año, casi siempre en mayo... y la verdad estoy ansiosa por ser parte del grupo, aunque por esta vez no pueda participar de la misma forma (los alcanzaré allá el sábado por la tarde).


Besos y abrazos.

Cheryl


P.D. Lamento el abandono, me disculpo con todos mis amigos que se toman el tiempo de leerme. Gracias!

martes, 31 de marzo de 2009

De paseo

En el cumpleaños de Rodrigo estuvimos pensando qué hacer para festejar ya que cayó en domingo y el siguiente día fue feriado, así que tuvimos dos días libres. Al principio pensé en sorprenderlo con un romántico paseo nocturno en barco, pero fue prácticamente imposible conseguir boletos, parece ser que a muchas personas se les ocurrió la misma idea ( ni que mencionar de los elevadísimos precios debido a la demanda). Después pensamos en ir a nadar con delfines, a Rodrigo le encantan esos animalitos súper inteligentes y siempre dice que estar cerca de ellos es una aventura inolvidable, pero tampoco nos fue posible ir.

Después de mucho pensarlo decidimos irnos de paseo y encaminamos los pasos, ¿O debería decir rodadas?, hacia el pueblo de Mascota, Jalisco. Ahí cerca hay una presa llamada Corrinchis, un lugar muy agradable donde hay un restaurante bastante sabroso (y nada caro) y pequeñas lanchas de motor que por una módica remuneración económica te llevan en un recorrido por la presa, también rentan unas pequeñas lanchas con pedales en las que puedes pasear en pareja, a las cuales Rodrigo no quiso subirse por nada del mundo jeje.

Cuando llegamos al restaurante, después de haber disfrutado de casi dos horas de camino, y cuando digo disfrutar lo digo en serio porque siempre tenemos buena música y unas charlas muy entretenidas e interesantes, el lugar estaba repleto de gente, de voces y risas, había un mariachi tocando las canciones de la preferencia de sus contratantes, familias completas compartiendo tiempo e historias. El ambiente estuvo magnifico para la ocasión.

También visitamos una iglesia medio derrumbada que a mí en lo personal me gusta mucho, es una construcción armoniosa, hecha casi en su totalidad de piedra de color oscuro. Con jardines muy bien cuidados y un convento más moderno en la parte trasera. Después de eso dimos un paseo por el pueblo, caminamos por sus tranquilas y empedradas calles. Por cierto que mientras recorríamos el pueblo, bastante callado y tranquilo, escuchamos un ruido estruendoso y vimos pasar un coche a toda velocidad que llevaba arrastrando uno de los focos traseros por todo el empedrado. Pensamos en dos posibles opciones: número uno, iba huyendo de alguien; número dos, era un payaso fanfarrón. Aunque yo creo que por más fanfarrón que pretendas ser, el hecho de arruinar de esa manera uno de los focos de tu auto, no es algo muy inteligente que digamos.

Regresamos a casa cansados pero muy contentos. Fue un bonito día y el cumpleañero se la pasó muy bien, lo cual me da mucho gusto, porque esa era la principal intención, colaborar para que mi amor tuviera un feliz cumpleaños. Pero ¿Saben cuál fue la mejor parte? ... que hacerlo feliz a él, me hace feliz a mi misma.


Besos


Cheryl

martes, 24 de marzo de 2009

Tristezas...

¿Cómo combatimos la tristeza? A veces, sobre todo cuando estoy sola, me pongo a pensar, a hacer un recuento de mi vida, de mis logros, de mis fracasos y eso me pone sentimental. En otras ocasiones, cuando mis emociones están al tope y sólo necesito un pequeño detalle, un pretexto que le dé una razón a mis lágrimas, me pongo a llorar. En otros momentos lo que hago es correr, nunca he sido muy deportista, pero cuando siento que la tristeza me consume prefiero correr, así mi corazón palpita con fuerza dentro de mi pecho y puedo convencerme de que no se ha detenido aún.

Hace unos días, mientras pasaba el tiempo con una revista en la mano, leí un artículo que trataba sobre si es posible que algunas personas mueran de tristeza. Muchos poetas han utilizado la frase “Morir de amor” durante siglos y es de lo más romántico que he escuchado... y también de lo más deprimente. Pero volviendo al tema, el artículo mencionaba las pocas posibilidades de que la tristeza llegue a causar la muerte, sin embargo, la ciencia admite que, de acuerdo con estudios realizados, la depresión crónica, el temor o la ira pueden crear el escenario adecuado para futuras enfermedades cardiacas. Los expertos especulan acerca de cómo la depresión puede acelerar el ritmo cardiaco o comprimir los vasos sanguíneos, lo cual contribuye al infarto del miocardio.

De acuerdo con la naturaleza de cada persona, es la forma en que manejamos nuestras emociones negativas. Algunos tratamos de buscar una buena opción para sobrevivir de la mejor manera posible, otros en cambio se dejan llevar por el mal camino y tratan de llenar los vacíos en que se han convertido sus vidas con alcohol o drogas que sólo los llevan a más soledad y a provocar un vacío mucho mayor, los alejan de todos sus seres amados o de la posibilidad de conocer a la persona que tanto han buscado.

Y esa conclusión me llevó a otra.... tal vez no sean tantas las posibilidades de que las personas puedan morir de tristeza, pero lo que si es cierto es que un estilo de vida sedentario, una baja autoestima y un estado de ánimo siempre decaído y nostálgico le facilita el camino a vicios destructivos que por sí mismos pueden acabar con nuestra vida.

Así que tratemos de poner una sonrisa en nuestros rostros, procuremos que llegue hasta los ojos... y si es posible, aunque implique un gran esfuerzo, hacer que el corazón sienta esa alegría, aún a pesar de que la vida no nos esté devolviendo la sonrisa.


Saludos!

Cheryl

miércoles, 18 de marzo de 2009

Vivir cuesta

Desde que empezó esto de la crisis económica los noticieros de televisión, al igual que los periódicos y las estaciones de radio, no han parado de hablar sobre la pérdida de empleos, el cierre de empresas manufactureras, la baja inversión, la caída de la bolsa de valores, el precio del dólar, el aumento de la canasta básica, etc.

Y aunque, personalmente sí la he resentido de algunas formas, no dejo de ver como las personas que están a mí alrededor continúan con su tren de vida de la manera más normal posible. No hay fin de semana en que no haya fiesta en casa de algún vecino, aclarando que no me doy cuenta porque sea la más popular de las personas y ellos me inviten a todas sus reuniones jeje, la verdad es que me doy por enterada debido a la imposibilidad de ignorar a una banda tocando a varias puertas de distancia de tu casa, o en su defecto (menos presuntuoso pero más barato) un sonido con 16 bocinas capaz de dejar sordo a cualquiera.

Y eso sin contar con que cada vez que me aparezco por el supermercado para comprar algunos víveres, los pasillos están abarrotados de personas con sus carritos llenos hasta el tope y ni que mencionar sobre las filas en caja a la hora de pagar; los antros a reventar, con personas afuera deseando entrar; los restaurantes con lista de espera; las carreteras y gasolineras siempre llenas y más.

Con tal panorama financiero y de acuerdo a las fechas en que estamos, sé de sobra que la hora de pagar la tenencia de mi coche está cada vez más cercana, así que con muy pocas ganas de pagar, con la cartera temblando por el desembolse que se acercaba y aprovechando al máximo la tecnología, entré a la página de Internet para verificar el pago de mi tenencia. Para mi sorpresa (que en realidad no es tanta cuando manejas un coche que por su edad bien podría estar en la primaria) el pago resultó no ser tan alto como me lo imaginé. Así que hice acopio de valor y solté la lana.

No puedo negar que hay momentos en que el hecho de tener un delicioso colchón y una tv pantalla plana, no me conforta.... ¡¡Por supuesto!! Pero eso me pasa sólo cuando tengo que ir a pagar las mensualidades.

Es verdad que los sueldos no alcanzan tanto como quisiéramos y que una simple salida al cine en pareja, con palomitas y refresco te cuesta más de cuatro salarios mínimos y ni decir de una salida a cenar en un restaurante “nice”, no digo de lujo, a estas alturas sólo es recomendable hacerlo una vez a la quincena.

Ahora es cuando pienso en cuanto me convendría tener ahorros, la verdad, nunca me he caracterizado por ser ahorradora y hasta hace un par de años tenía la filosofía de que más vale gastar en las cosas que te gustan y te divierten, que guardar el dinero esperando por algo tan incierto como el futuro. Sobre todo si te das cuenta de que nadie sabe si vivirá para ver el día de mañana. Pero el paso de los años y las experiencias me han hecho cambiar de idea. Sigo pensando en que no es bueno privarse de las cosas que nos hacen felices por guardar el dinero para el futuro, pero ahora sé que guardar una pequeña parte de tus ingresos es una acción inteligente.

Pero independientemente de los estragos económicos del mundo y de tener que aceptar que ahorrar no es del todo malo jeje, doy gracias por tener un empleo que me da la oportunidad de aprender y que además de todo mantiene vivas mis ilusiones y los planes que tengo en mente.

Les mando besos!


Cheryl



martes, 3 de marzo de 2009

Mentiras!

Ayer mientras veía un programa de televisión, uno de los personajes de la serie dijo una frase que me dio pie para escribir: “Las personas mienten”.

Algo que aprendí desde hace muchos años es que las mentiras son versátiles, a veces duelen, a veces alivian el dolor o mejor dicho, lo retrasan... porque tarde o temprano tenemos que enfrentar la verdad cara a cara.

La mayoría de nosotros sabemos que las mentiras duelen, que el engaño nunca es tomado de buena manera, que por más que nos empeñemos en tratar de verle el lado bueno a las mentiras, siempre serán un trago amargo, tanto para el que miente como para el que es engañado. Pero ¿Por qué mentimos? ¿Cuál es la razón que nos orilla a mentir?

Generalmente mentimos cuando nos sentimos acorralados, cuando cometemos actos de los cuales nos avergonzamos, cuando tenemos miedo, cuando queremos conseguir algo que de otra manera no se nos daría, cuando intentamos ser alguien que no somos, a veces lo hacemos para chantajear, para dominar, a veces con malicia o con buena intención, etc.

Todos hemos escuchado hablar de las mentiras piadosas, mentiras blancas o incluso frases tales como: “lo hice por tu bien” “no sabía si podrías manejar la verdad” y demás ¡Por favor! Es cierto que la verdad no siempre es algo fácil de asimilar o manejar, pero definitivamente es mejor saber con certeza lo que estás enfrentando o viviendo para, de esta manera, poder tomar las decisiones pertinentes.

Mentir es muy sencillo para algunos, incluso hay personas que viven de ello. Conozco unas cuantas que han hecho de las mentiras todo un arte. De la misma manera hay otras para quienes mentir resulta poco menos que una misión casi imposible, se les va el habla, transpiran, tartamudean y se muestran tan nerviosas que terminan descubriéndose a sí mismas.

Pero... ¿Y si mentimos tan maravillosamente bien que acabamos creyendo nuestras propias historias? Se han dado casos.

El problema es perdernos dentro de nuestras mentiras, acabar con lo que en realidad nos importa, alejarnos de las personas que amamos por perseguir una realidad que sólo existe en nuestra imaginación. Mentir desgasta la mente y el cuerpo. Ahí es donde entran al rescate los valores, los principios y el amor por uno mismo y por las personas que nos rodean.

Tal vez sólo sea cuestión de proponernos día a día mentir menos, sobre todo a nosotros mismos. Lastimarnos menos, amarnos más, respetar a los demás, tratar de hacer lo mejor con nuestras vidas, cumplir nuestras promesas, hacer bien nuestro trabajo, preocuparnos por los que amamos y siempre, siempre seguir adelante a pesar de todo.

Bueno ¿Qué más puedo decir? Hay que mentir menos para vivir mejor.

Saludos!!

Cheryl





martes, 17 de febrero de 2009

Cuestión de Karma

¿Han escuchado hablar sobre el karma? Ese que dice que las personas siempre recibimos, tarde o temprano, la retribución de nuestros actos. Que viene siendo lo mismo que dice el viejo dicho “Cada quien tiene lo que se merece”.

Creo que es verdad, tanto cuando haces cosas buenas como cuando actúas de mala manera, siempre obtienes tu merecido, de alguna misteriosa forma recibes lo tuyo. En ocasiones rápidamente, en ocasiones cuando ya no lo esperas. Aunque a veces no lo parezca y veamos a algunas personas que parecen ser tan felices a pesar de que no sean de lo más honorable o por el contrario personas que son nobles, generosas y no les va tan bien como debería.

Supongo que el gran secreto para que te vaya bien en la vida se trata de buscar el bien para los demás, tanto como para tí mismo. Debemos pensar siempre en una forma de hacer las cosas bien, y con esto no digo que sacrifiquemos nuestro bienestar en pro de los demás, porque tampoco se trata de eso, pero si de intentar actuar de la manera correcta para que terceras personas no sufran las consecuencias de nuestros actos. Porque tarde o temprano quien hace mal recibirá mal y quien hace el bien recibirá bendiciones.

Aunque no tengo una explicación científica sobre este asunto y ni siquiera puedo entender el mecanismo que lo hace funcionar, me gusta creer que es verdad. Que hay una fuerza cósmica que imparte justicia en un mundo que en ocasiones parece haber perdido toda esperanza. ¿Es muy soñador de mi parte creer?

Besos!!

Cheryl

P.D. Ahora las cosas me van mejor, tengo un nuevo empleo que me gusta mucho, aunque me impide escribir tan seguido como yo quisiera. También entiendo que los cambios son algo positivo. Y recuerden “Las cosas siempre suceden por un motivo”, eso quedó claro para mí después de esta experiencia.


domingo, 25 de enero de 2009

Cuando las cosas no van bien...

¿Alguna vez han sentido como si el mundo se les cayera encima? En los últimos días me estuve sintiendo así. De pronto me parecía que nada estaba bien, que cada minuto que pasaba complicaba más y más mi vida.

Todo empezó hace ya algún tiempo, cuando decidí cambiar de empleo. Tenía ya bastantes años en el anterior, así que me pareció sano hacer cambios, no por nada me gusta la frase “Renovarse o morir”. Hasta ese momento había tenido mi carrera abandonada, como dirían los gringos en “Stand by”. Todos mis conocidos sugerían que debía trabajar en el área para la cual me había preparado tanto, como luego dicen en donde me quemé tanto las pestañas, mi carrera.

Tenía un trabajo, que no era lo que había soñado, pero me daba comodidad y una vida económicamente tranquila; siempre quise estar en un empleo donde pudiera conocer gente interesante, diferente de mi, para aprender cosas nuevas, sin embargo, me conformé, durante muchos años. Llegado el momento sentí con claridad que era hora de buscar algo distinto. Aunque me atormentaba la idea de si no sería ya tarde para empezar.

“Nunca es tarde” repetí para mí misma. Empecé en un lugar nuevo, que no era en sí un empleo, pero me serviría para prepararme, para desempolvar mi, hasta entonces, casi olvidada carrera universitaria. Y efectivamente, funcionó, recordé cosas que había olvidado, aprendí algunas otras que no sabía y practiqué bastante lo que si. Pero existía un problema. Uno grande si me lo ponen a consideración. La remuneración económica por mis servicios era muy poca, casi inexistente. ¿Qué podía hacer? deseaba seguir aprendiendo, seguir practicando, seguir recordando... pero también necesitaba comer bien, cargar de gasolina el tanque de mi auto y sobre todo ¡Pagar mis deudas!

Eso en particular ensombrecía mi tranquilidad. Estaba contenta por aprender, pero triste de ser económicamente insolvente. ¿Cómo pagaría mis deudas? El mal humor me afloraba con bastante frecuencia, haciéndole pagar a los demás, sobre todo novio y familia, por mis frustraciones y mi desesperación. Pasaba los días quejándome de mi situación financiera, mientras mi situación emocional decaía mucho más a prisa. Pero no hacía nada al respecto. ¿Se han dado cuenta de que algunos seres humanos perdemos la cabeza cuando nos sentimos improductivos?

Yo estuve a punto de perderla. Hasta que algo pasó. Algo me forzó a tomar una decisión, ya no podía sostener por más tiempo esa postura. Y, por supuesto, Rodrigo tampoco podía seguir soportando mis quejas y mal humor, así que, con su ayuda, empecé a buscar una solución. Habían pasado años desde la última vez que tuve que buscar un empleo. Y ahí estaba yo, de pronto obligada a hacer frente a todos mis temores. Bien dicen que el miedo nos paraliza, nos impide conquistar nuestros sueños y llegar a nuestras metas más anheladas. Esa era mi situación: sin empleo, llena de temores y sintiéndome como una niña pérdida entre una multitud de desconocidos. Quien ya lo ha vivido reconocerá que no es fácil y quien diga que lo es... que se identifique para ir a patearle el trasero.

Para mí, al menos, no lo ha sido. Afortunadamente trato de tener presente que la vida es bella y que podría estar peor jeje. Lo mejor de todo es darme cuenta de que estoy rodeada de buenos amigos que me han aconsejado y apoyado en los malos momentos, que tengo a mi familia que me ama y siempre me respalda dentro de lo posible y que tengo un novio que es lo máximo. Que afortunada ¿Verdad?

Ahora sólo tengo un camino por seguir y me asusta. Pero estoy dispuesta a hacerlo, porque confío en que hay algo muy bueno esperando por mí, pero que no llegará a tocar en mi puerta, al fin lo entendí, así que debo salir a buscarlo. ¡Deséenme suerte!


Saludos


Cheryl



jueves, 22 de enero de 2009

¡De camping!

Este fin de semana pasado nos fuimos Rodrigo y yo con unos amigos a acampar a una playa en Sayulita, Nayarit. Hasta hace un par de años cada vez que escuchaba la palabra Acampar venían a mi mente palabras espeluznantes como por ejemplo: Incomodidad, pesadillas, dolor de estómago, dolor de cabeza, insomnio, mosquitos devoradores, bichos rastreros, etc.

Afortunadamente he cambiado de parecer al respecto, hoy en día eso de hacer camping me gusta mucho. Resultó no ser exactamente lo que yo me imaginaba, pero claro que no he acampado en cualquier parte, sólo en lugares dedicados especialmente para ese fin. En otras palabras los lugares donde acostumbramos acampar son espacios abiertos ya sea cerca de un cerro o en la playa, que cuentan con baños (muuuuuy importante) y seguridad. Digo no queremos que nos pase como en las películas de terror en donde siempre hay un malvado espiando a los chicos buenos (o sea nosotros jiji) desde la oscuridad y con muy malas intenciones.

Bueno el caso es que llegamos a la playa el sábado por la tarde, aún con buena luz de día, escogimos el espacio que nos pareció mejor e instalamos nuestras casas de campaña, cuidando de revisar muy bien algunos detalles, que vas aprendiendo conforme adquieres experiencia en esto del camping.

Rodrigo y yo, al igual que los demás, íbamos armados de cobijas, almohadas, colchoneta, comida, agua, ropa cómoda y calientita, un pequeño botiquín e implementos higiénicos de primera necesidad. Al parecer muchas otras personas tuvieron la misma idea que nosotros porque el campamento estaba lleno, con una variedad de casas de campaña que bien hubiera parecido un desfile de modas. Pudimos apreciar diferentes estilos y tamaños, muchos colores y sobre todo los cuidados que las personas les dan a las mismas. Y permítanme decirles que algunas dejaban mucho que desear al respecto.

Y qué decir del tamaño de algunas de esas casas, mientras unas parecían mansiones, otras apenas si permitirían el cupo de las cobijas que llevamos para la ocasión. Algo que también valió la pena observar es el modo de vida de algunas de las personas que nos encontramos en ese lugar. Estoy convencida de que varios de ellos viven ahí de manera casi permanente o al menos durante significativos períodos de tiempo. Me alegra saber que hay personas que realmente necesitan muy poco para vivir tranquilos y felices: un lugar para dormir (la casita de campaña), una buena playa, un baño (sin importar las condiciones del mismo), un poco de comida, jabón y pasta dental.

Llámenme quisquillosa pero eso es algo que no me atrae. Es decir, me gusta acampar, instalar mi casita en la superficie más plana que encuentre, hacer una fogata por las noches para asar bombones o salchichas, contar historias de miedo mientras te embadurnas el cuerpo de repelente contra mosquitos, cuidar bien los alimentos para que no se acerquen las hormigas, admirar el cielo nocturno lleno de estrellas, estar al aire libre la mayor parte del tiempo, etc. Pero definitivamente no podría hacer eso por mucho tiempo.

El domingo por la tarde, empezamos a levantar el campamento después de haber comido una deliciosa hamburguesa en el pueblito. Una vez que dejamos limpio el lugar, sin rastros de nuestra presencia y que los coches estuvieron de nuevo con las cajuelas llenas con nuestras pertenencias, entonces nos dispusimos a regresar a nuestros hogares.

Si se te antoja ir de campamento y no lo has hecho con anterioridad, te voy a dar las siguientes recomendaciones:

No olvides tu casa de campaña ni nada que tenga que ver con ella.
Dependiendo del lugar a donde vayas a acampar y el clima, vete preparado.
Lleva suficiente agua y comida.
Repelente de mosquitos.
Jabón y pasta dental.
Papel higiénico.
Botiquín.
Bloqueador solar.
Ropa cómoda.
Colchoneta.

Tal vez olvidé mencionar algo importante, si es así lo siento, tampoco soy una experta jeje. Cuídense mucho.


Besos


Cheryl

jueves, 8 de enero de 2009

Y al final todos somos de aqui...

¿Han escuchado hablar de un libro muy popular, hace unos años, llamado “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus? En este libro se habla acerca de las muy marcadas diferencias entre los varones y las damas, que la verdad son muchas, aunque en las últimas décadas nos hayamos empeñado en decir que somos iguales.

Hoy mientras platicaba con algunos de mis amigos, salió al tema que una pareja conocida por uno de ellos, se acaba de separar, la razón principal: falta de entendimiento. Ella piensa que da más de lo que recibe y que él no la entiende, ni la escucha. Él piensa que ella es intransigente, que no valora los esfuerzos que hace y que siempre está quejándose de todo. Si él supiera cómo se siente ella y viceversa, las cosas, quizás, no hubieran llegado a tanto.

Y este es sólo un pequeño ejemplo sobre las miles de parejas que destruyen su vida conyugal por no saber entenderse. Según la teoría de John Gray, el autor del libro arriba mencionado, hombres y mujeres somos tan diferentes que se podría considerar que venimos de distintos planetas. Si eso fuese verdad, si los hombres vinieran de un planeta distinto a donde las mujeres habitan y de pronto se vieran una frente al otro ¿Cuál es el protocolo que deberían seguir? ¿Qué es lo primero que deben hacer para entablar relaciones pacíficas con la otra raza?

Supongo que lo primero sería aprender a comunicarnos, conocernos, saber qué es lo que el otro quiere, hablar sobre las diferencias entre ambos y aprender a disfrutar de ellas, aceptarnos y amarnos tal cual somos. Una vez que tengamos presente que somos diferentes, que somos de planetas diferentes (siguiendo el tema del libro), entonces debemos dejar de esperar que la persona que amamos sea una extensión de nosotros mismos, que reaccione de la misma forma, que quiera lo que queremos, que sienta lo que sentimos, que hable nuestro mismo idioma, etc.

Por ejemplo, cuando atravesamos por algún problema las mujeres tenemos tendencia a hablar, a desahogar la pena o problema; los hombres se recluyen para pensar y buscar soluciones, dejando fuera a todos los demás. En cuanto al amor, cada uno, hombres y mujeres, brindamos el tipo de amor que necesitamos, no el que necesita el sexo opuesto. La mayoría de los hombres basan el amor en: confianza, aceptación y aprecio; las mujeres lo basamos en: solicitud, comprensión y respeto.

A veces, ambos sexos, decimos cosas que a los oídos del otro suenan completamente diferente, cuestión de interpretación se podría decir, pero ¿Y si realmente no hablamos el mismo idioma? Tal vez nuestras frases a medias no son comprendidas por la otra persona de la misma manera o con la intención real con que fueron dichas. Y si no nos entendemos, no hay buena comunicación y terminamos enfrentándonos los unos con las otras. ¡Somos diferentes! Ahí radica la mejor parte del amor, no nos empeñemos en ser iguales.

Disfrutemos del amor, de la vida y de las personas que nos rodean.


Saludos!

Cheryl