Dicen que el amor no necesita razones, yo digo que sí. Desde mi punto de vista el amor requiere más que sólo una imagen hermosa; requiere momentos, miradas, acciones, palabras, caricias, complicidad, sueños compartidos, gustos, tiempo, amistad, simpatía, admiración. El amor real es un conjunto de sentimientos y emociones que al mezclarse explotan dentro del corazón.
El enamoramiento es una situación diferente del amor, es sólo una ilusión, un sentimiento que nos llena de emociones, casi siempre falsas, debido más que nada a que no vemos cómo son las personas en realidad, no conocemos su personalidad, si no lo que hemos creado alrededor de una imagen que visualizamos perfecta: sonrisa perfecta, vestuario impecable, peinado inmaculado, vocabulario complejo, cuerpo excitante, etc.
A veces pasa que idealizamos a nuestros prospectos, nos enamoramos de alguien a quien ni siquiera conocemos bien. Esta persona puede ser alguien cercano, a quien ves todos los días y con quien incluso intercambias frases; o bien puede ser alguien que has visto en tus sueños o en cine-televisión, algún personaje ficticio de novela romántica o un astro de los deportes.
Aunque resulta fácil confundir al amor con el enamoramiento, todos aquellos que en algún momento de nuestras vidas hemos sentido amor, sabemos que son diferentes y que uno de ellos no siempre significa felicidad, aunque eso no le quite esa aura de magia que lo rodea.
Hace un par de años, cuando recién salió la película “Los piratas del caribe: la maldición del Perla Negra” nos presentó a un pirata muy peculiar, el Capitán Jack Sparrow, un hombre guapo, aunque un poco mugroso, simpático, con una actitud un poco extraña una mezcla de borrachín y experto bailarín. Ataviado con sus ropas y sombrero, ¡Ah! Y ese peinado. Todo un personaje.
Todas estas observaciones muy independientes del hecho de que Jhonny Depp siempre ha sido uno de mis actores favoritos. Bueno, el punto es que me tenía fascinada con su personalidad y carisma. Y pensaba “¿Cómo es posible que no existan hombres así en la vida real? ¡Que mala suerte!”.
Un día, mientras estaba mirando unas criticas sobre la película en cuestión, me quedé pensando en el Capitán Sparrow y el extraño poder de seducción que parecía tener sobre las mujeres (porque yo no era la única a quien le encantaba el susodicho). Hombre guapo, inteligente, con cierto aire de guerrero implacable, determinado a conseguir lo que quiere, con un estilo muy particular y ese aire de mamarracho... ¡Simplemente encantador!
Tan perfecto parecía a simple vista que tuve que quitarme la venda de los ojos y aceptar que también es un mentiroso de lo peor y sin una sola gota de escrúpulos corriendo por sus venas. Un traidor, que cuando está en peligro su pellejo o las cosas que quiere lograr, no le importa a quien mete en problemas ni tampoco la amistad o lealtad que le demuestran los demás... si los puede utilizar para librarse de algún problema o peligro no duda en hacerlo.
Ese era el verdadero Jack Sparrow. Simplemente una moneda de dos caras, la que nos provoca fantasías y la que nos deja ver la realidad en su máximo esplendor. Y entonces surgen las preguntas ¿Es ese el tipo de hombre que las mujeres deseamos? ¡Claro que no! Es sólo que la imaginación es muy fuerte y a pesar de todos esos necios defectos a algunas mujeres nos encantaría ser rescatadas por él... o tal vez rescatarlo nosotras de algún peligro ¿Por qué no?
Al final de cuentas eso es sólo fantasía y yo prefiero, sin lugar a dudas, quedarme con mi amor real, quien no es perfecto... pero se acerca mucho.
Cheryl
El enamoramiento es una situación diferente del amor, es sólo una ilusión, un sentimiento que nos llena de emociones, casi siempre falsas, debido más que nada a que no vemos cómo son las personas en realidad, no conocemos su personalidad, si no lo que hemos creado alrededor de una imagen que visualizamos perfecta: sonrisa perfecta, vestuario impecable, peinado inmaculado, vocabulario complejo, cuerpo excitante, etc.
A veces pasa que idealizamos a nuestros prospectos, nos enamoramos de alguien a quien ni siquiera conocemos bien. Esta persona puede ser alguien cercano, a quien ves todos los días y con quien incluso intercambias frases; o bien puede ser alguien que has visto en tus sueños o en cine-televisión, algún personaje ficticio de novela romántica o un astro de los deportes.
Aunque resulta fácil confundir al amor con el enamoramiento, todos aquellos que en algún momento de nuestras vidas hemos sentido amor, sabemos que son diferentes y que uno de ellos no siempre significa felicidad, aunque eso no le quite esa aura de magia que lo rodea.
Hace un par de años, cuando recién salió la película “Los piratas del caribe: la maldición del Perla Negra” nos presentó a un pirata muy peculiar, el Capitán Jack Sparrow, un hombre guapo, aunque un poco mugroso, simpático, con una actitud un poco extraña una mezcla de borrachín y experto bailarín. Ataviado con sus ropas y sombrero, ¡Ah! Y ese peinado. Todo un personaje.
Todas estas observaciones muy independientes del hecho de que Jhonny Depp siempre ha sido uno de mis actores favoritos. Bueno, el punto es que me tenía fascinada con su personalidad y carisma. Y pensaba “¿Cómo es posible que no existan hombres así en la vida real? ¡Que mala suerte!”.
Un día, mientras estaba mirando unas criticas sobre la película en cuestión, me quedé pensando en el Capitán Sparrow y el extraño poder de seducción que parecía tener sobre las mujeres (porque yo no era la única a quien le encantaba el susodicho). Hombre guapo, inteligente, con cierto aire de guerrero implacable, determinado a conseguir lo que quiere, con un estilo muy particular y ese aire de mamarracho... ¡Simplemente encantador!
Tan perfecto parecía a simple vista que tuve que quitarme la venda de los ojos y aceptar que también es un mentiroso de lo peor y sin una sola gota de escrúpulos corriendo por sus venas. Un traidor, que cuando está en peligro su pellejo o las cosas que quiere lograr, no le importa a quien mete en problemas ni tampoco la amistad o lealtad que le demuestran los demás... si los puede utilizar para librarse de algún problema o peligro no duda en hacerlo.
Ese era el verdadero Jack Sparrow. Simplemente una moneda de dos caras, la que nos provoca fantasías y la que nos deja ver la realidad en su máximo esplendor. Y entonces surgen las preguntas ¿Es ese el tipo de hombre que las mujeres deseamos? ¡Claro que no! Es sólo que la imaginación es muy fuerte y a pesar de todos esos necios defectos a algunas mujeres nos encantaría ser rescatadas por él... o tal vez rescatarlo nosotras de algún peligro ¿Por qué no?
Al final de cuentas eso es sólo fantasía y yo prefiero, sin lugar a dudas, quedarme con mi amor real, quien no es perfecto... pero se acerca mucho.
Cheryl
1 comentario:
Amen...
Estás mejor con tu galán con peinado gracioso (o cualquier calificativo que gustes, excepto inmaculado) y nada atlético, pero hecha a la idea de que no puede ser peor, a arriesgarte a enamorarte de un espejismo pintoresco que pudiera deambular por el malecón... Je je je je...
Por mujeres como tú, (que aprecian cualidades "No comerciales") los hombres como nosotros no nos quedamos solterones de por vida... je je...
Saludos!
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